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El alcalde propone excluir del poblado a los realojados con antecedentes

Juan Antonio Carbajo

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, es partidario de que prosigan las obras del asentamiento para 88 familias gitanas en Villaverde Bajo y de que, mientras tanto, el Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginal continúe dialogando con los vecinos. El regidor sugirió ayer que el Consorcio debería evitar que entre los futuros realojados haya personas con antecedentes policiales."Me gustaría que se viera ese criterio de ponderación", explicó Álvarez del Manzano. La eliminación de las personas que han tenido problemas con la justicia ya se aplicó en la operación de realojamiento de las familias de chabolistas del Pozo del Huevo (Vallecas), en el edificio del ruedo de la M-30 (Moratalaz).

El alcalde reiteró que los vecinos de Villaverde no están movidos por un sentimento racista. "Hay un componente de miedo a que un grupo de personas, independientemente de su raza, pueda llevar a su barrio el problema de la venta de droga". "Hay que garantizar a los vecinos que en el asentamiento no se va a vender droga", aseguró. Por su parte, el gerente del Consorcio, José Luis Gómez, explicó que su equipo no tiene medios para conocer quiénes son los chabolistas con antecedentes policiales. "Ni siquiera sabemos con certeza qué familias se dedican al narcotráfico", precisó, ante la reclamación vecinal de que los realojados en Villaverde no estén vinculados al tráfico de drogas.

José María Alvarez del Mazano comentó que estas reacciones vecinales no deben paralizar el programa de eliminación de chabolas. "Hay que quitar las chabolas y evitar que vuelvan a instalarse, pero éste es un problema que también corresponde a las instituciones que deberían evitar la entrada masiva y descontrolada de extranjeros", argumentó. El alcalde pasó la solución del problema de Villaverde a la Comunidad que, como responsable del Consorcio, debe dialogar con los vecinos.

Xenofobia en la sociedad

El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, manifestó ayer, en relación con el conflicto de Villaverde, que "la xenofobia no es un problema de la Administración, es un problema de esta sociedad; la Administración está intentando erradicar las chabolas y dar unos asentamientos a esta gente [los habitantes de los poblados de infraviviendas]".

"Esta sociedad", concluyó Leguina, "tendrá que reflexionar muy seriamente sobre esta mala costumbre, sobre la situación y sobre su insolidaridad". El presidente de la Coinunidad criticó con dureza los cortes en las vías de comunicaciones que han efectuado los vecinos.

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