La cárcel de mujeres incumple la orden judicial de humanizar las celdas
Instituciones Penitenciarias ha incumplido la resolución judicial dictada el pasado mes de mayo que le obligaba a humanizar la nueva prisión de mujeres de Carabanchel en un plazo de dos meses. Expirado ese periodo, la mayoría de las celdas individuales siguen albergando a dos internas y persiste la falta de intimidad en su interior, entre otras deficiencias, según reconocen fuentes penitenciarias oficiosas. Debido a esas carencias, las internas se ven abocadas a efectuar sus necesidades fisiológicas delante de sus compañeras de habitación.
Los aseos, situados en la habitación misma, no tienen una puerta que garantice la intimidad -sólo un muro hasta media altura-, y son "inadecuados y no reúnen unas condiciones óptimas de higiene y seguridad". Tales servicios tenían que haber sido sustituidos,ya por otros más acordes con "la higiene íntima femenina".Este periódico intentó ayer reiteradamente, sin éxito, conversar con el director general de Instituciones Penitenciarias, Anton¡ Asunción, y con la dirección de la prisión de mujeres.
Esta cárcel -a la que fueron trasladadas las reclusas de Yeserías el 17 de marzo pasado- alberga en la actualidad a unas 512 internas, a pesar de que en teoría sólo está capacitada para acoger un máximo de 350.
La juez de vigilancia penitenciaria María del Mar Torrecilla denunció a finales de mayo, mediante una resolución judicial, que casi todas las celdas del centro de mujeres eran "inhabitables" y carecían del espacio "suficiente" para albergar cada una a dos internas (en contra de lo que marca la Ley General Penitenciaria), ya que apenas superan los ocho metros cuadrados. La juez dio al Gobierno un plazo de dos meses para que solventase tales carencias, al tiempo que advertía ante eventuales acciones legales en caso de desobediencia.
Torrecilla inspeccionó de nuevo el pasado miércoles la cárcel y comprobó que sólo una parte de sus exigencias había sido cumplida. No obstante, fuentes de Carabanchel indicaron ayer que la juez se fue, en general, satisfecha con las mejoras ya realizadas.
"¿Dónde se meten?"
Para solventar la carencia de espacio físico, la juez Torrecilla sugirió entonces el traslado de las reclusas sobrantes a otros centros penitenciarios. A los 55 días de expirado el plazo, sólo unas pocas celdas, las ocupadas por internas de primer grado (las que no pueden recibir permisos de salida), se ajustan a la vigente legislación penitenciaria. "Ha habido traslados de internas a otros centros, como Alcalá y Ávíla", añaden las fuentes de Carabanchel, "pero mantener una interna por celda es muy difícil: hay días en que los jueces encarcelan hasta cuatro y cinco mujeres, ¿dónde se meten?".La juez Torrecillaque inspeccionó por primera vez la nueva cárcel de mujeres el pasado 18 de abril, consideró "precipitada" la decisión de trasladar a las internas desde la antigua prisión de Yeserías.
Otras de las exigencias que planteó la juez consistía en dotar de separaciones a las duchas comunes, cuestión que sí se ha resuelto ya, siempre según los citados medios. Igualmente se agilizaron las obras de los talleres "para conseguir la rápida ocupación de las internas".
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