Asilvestrados
B. A., Crecer asilvestrado. Ese es el meollo de los problemas que padecen los 20 chavales de Entrevías y el Pozo del Tío Raimundo que han realizado el curso de radio en la emisora vallecana (todavía sin legalizar). "No les falta un techo donde dormir ni un huevo frito para comer pero se han criado a salto de mata, sin que nadie se ocupara de ellos", explica Enrique Arribas, uno de los tres educadores de calle que trabajan con estos pre-adolescentes de 13 a 16 años.
Todos padecen el fracaso escolar y consumen más alcohol, tabaco y, en algunos casos, hachís, que chavales de otros medios menos problemáticos. No saben alimentarse ni cuidarse. Entre sus progenitores son frecuentes los casos de alcoholismo, toxicomanías, encarcelamiento o incapacidad pura y dura para ejercer la potestad. La mayor parte de las familias obtiene ingresos mensuales inferiores al salarlo mínimo interprofesional.
"Con la radio se pretende que salgan del gueto de la barriada y se relacionen con otro tipo de gente", asegura Mercedes González, otra de las educadoras. "Cuando llegan se muestran agresivos, ansiosos y cabizbajos", añade. "Están en el filo de la navaja, en un ambiente donde es fácil acabar siendo yonqui o delincuente", afirma Mercedes.
Los cursos de radio para chavales de ambientes marginales comenzaron en Radio Vallekas hace dos años. Sus promotores fueron Sixto Rodríguez y César Gómez, que propusieron el proyecto a Enrique, Mercedes y Asteria, tres educadores de calle que trabajan en el Pozo y Entrevías. Las clases son de, octubre a junio, con una hora semanal por grupo, y están subvencionadas con 975.000 pesetas del Plan Municipal de Drogas. El cursillo se completa con el trabajo en cuatro áreas: familiar, formación académica y laboral, comunicación y salud.
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