Derecho moral a hacer comentarios
Quiero informar a Joachim Donges, de nacionalidad alemana, que en reciente carta a este diario niega a Julio Anguita el "derecho moral para hacer comentarlos" sobre la unificación alemana, que España es un Estado social y democrático de derecho en el que todos los ciudadanos gozan de plena libertad de expresión -incluso los comunistas-. Que el PCE es un partido político democrático que criticó abiertamente el sojuzgamiento de la Primavera de Praga por los tanques del Pacto de Varsovia; luchó con gallardía contra la dictadura franquista que asoló durante cuatro décadas a nuestro pueblo; colaboró activamente en la transición democrática llegando a aceptar la restauración de la monarquía; participó en la redacción de nuestro vigente texto constitucional; promovió la política de reconciliación nacional desde los años sesenta, y fue el primero en reaccionar contra el frustrado intento de golpe de Estado en la URSS propugnando la movilización de la opinión pública internacional. Por lo de más, Izquierda Unida, de la que Julio Anguita es coordinador general, es una coalición política de naturaleza asamblearia y por entero legal y democrática, que posee el tercer grupo parlamentario en las cámaras legislativas por el sufragio voluntario de buena parte de la sociedad española; como líder de tal movimiento, Anguita tiene toda la legitimidad y absoluto derecho moral para expresar públicamente sus juicios acerca de los más señalados acontecimientos de la esfera internacional, sin que na die tenga derecho moral para impedírselo. En lo que se refiere a las declaraciones concretas que usted critica, supongo que Julio Anguita aludía a los problemas socioeconómicos que ha originado una unificación quizá en exceso prematura, análisis que coincide con el de reputados intelectuales compatriotas suyos nada sospechosos de rojos. Y aunque así no fuera, en mi país, los que sí somos demócratas, acostumbramos a rebatir los argumentos con los que no comulgamos, no a cerrar la boca a los oponentes. Sólo una parte de su carta me agrada, y es cuando afirma que los alemanes no precisan de nadie que les diga lo que no deberían haber hecho. Aplicado con ecuanimidad, esto supone que los españoles no necesitamos
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Derecho moral a hacer comentarios
Viene de la página anteriortampoco que nadie nos diga a quién debemos y a quién no debemos permitir que hable, ni quién tiene o deja de tener derecho moral para comentar algo, sobre todo tratándose de un legítimo representante de nuestro poder legislativo, lo cual, para los españoles demócratas que respetan el sistema jurídico-político perfilado por nuestra Carta Magna, es más que suficiente como emanación del derecho moral, político y social de voz y de voto sobre cualquier cuestión de la vida pública nacional e internacional.- Ricardo Rodríguez del Río.
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