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La timba del taxista

Los conductores apuestan su dinero y sus licencias en cuatro 'casinos' callejeros

Vicente González Olaya

Cientos de taxistas madrileño están atrapados por un peligroso juego de cartas en el que apuestan hasta sus licencias. Los cuatro casinos ilegales están en la plaza de la Lealtad, en la salida internacional de Barajas, junto al hotel Nacional y cerca del estadio Vicente Calderón. Desde primeras horas del día hasta las últimas de la noche, el dinero corre por estas mesas de juego que siempre permanecen custodiadas para repeler el acoso policial.

El negocio, creado hace dos años, ha sido desmontado en varias ocasiones por las autoridades municipales. Hace sólo una semana, la Policía Municipal se acercó a la timba que hay frente a la Bolsa de Madrid, pero sólo requisó una mesa, una silla, barajas y bolsas de plástico con bebidas.

Para evitar ser sorprendidos, los organizadores de este juego de cartas llamado cané tienen situados varios vigías alrededor de las mesas. En el caso de la plaza de la Lealtad, los informadores son visibles en la calle de Antonio Maura, Cibeles y frente al edificio de la Bolsa. "Cuando ven próxima una patrulla avisan a los jefes y se levanta rápidamente el tenderete", aseguran los conserjes de las fincas próximas.

En torno a las mesas de juego se sitúan una docena de jugadores y varias neveras de campo que mantienen fríos el alcohol y los refrescos Los billetes de 1.000 y 5.000 pesetas pasan de unas manos a otras en cuestión de segundos. Licencias de taxi y mazos de cartas se mezclan sobre los tapetes.

Un testigo asegura que en las partidas participa hasta un agente del Cuerpo Nacional de Policía conocido como El Boxeador. "Cuando está de servicio y pasa por aquí hasta saluda a los apostantes", dice este testigo. Esta misma fuente asevera que hasta hace poco el negocio estaba regido por un taxista mayor al que llamaban El Abuelo.

Las conexiones entre los casinos de Barajas y la plaza de la Lealtad son claras: "Es imposible tomar un taxi en esta plaza si no se va al aeropuerto. Se niegan en absoluto a recoger clientes que tengan un destino diferente, necesitan dinero rápido. Eran tantas las discusiones con ellos que hemos tomado la decisión de llamar a los taxis por teléfono", afirma el empleado de un hotel.

Las cantidades perdidas son tan importantes que algunos Jugadores pasan la noche en las cercanías esperando otra oportunidad al día siguiente.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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