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Los socialistas negocian reanudar sus apoyos parlamentarios ante el temor de quedarse solos

Anabel Díez

El presidente del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval, llamará en los próximos días a los portavoces de la oposición para mostrarles un plan básico de medidas susceptibles de consenso. "Queremos el diálogo con todos, y será posible con aquellos que no tengan en su programa el desacuerdo permanente con el PSOE", señaló Martín Toval, que mañana se reúne con los miembros de la permanente de su grupo para esbozar una oferta que girará en torno al pacto de competitividad, infraestructuras y pacto autonómico. CDS, CiU y PNV pretenden marcar distancias con el Gobierno.

En el orden interno, el presidente del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval, señaló que nunca ha pensado provocar dentro de su grupo una votación sobre su gestión, según habían apuntado algunas informaciones, aunque recordó la facultad que tienen los diputados, ya que ello se puede producir con el fácil recurso de que un 10% lo pida, es decir, 17 de los 175 diputados. Ello puede ocurrir el próximo martes, día 10, en la primera reunión de todos los miembros del Grupo Parlamentario Socialista.La comisión ejecutiva federal del PSOE celebrada el pasado 25 de julio acordó reavivar en este mes de septiembre la oferta de diálogo a la oposición, para lo que resta de legislatura, en torno a tres ejes básicos que tienen como hilo conductor el horizonte de 1993, con la entrada en vigor del mercado interior europeo, para lo que se requiere un cambio y adaptación de las estructuras básicas de España.

El Gobierno quiere negociar con la oposición el pacto de competitividad, y llevará al Parlamento propuestas en el terreno económico. Los servicios públicos, las infraestructuras y el pacto de Estado autonómico son las principales piezas del programa que los socialistas quieren llevar a cabo en diálogo con la oposición, según señaló el presidente del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval. El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, del Partido Popular, dijo ayer a Europa Press que desea el consenso para las negociaciones sobre el pacto autonómico.

Otras cuestiones más domésticas entrarán en el paquete de negociaciones, unas a instancias del Grupo Socialista y otras de la oposición. Entre las primeras está la reforma de los reglamentos del Congreso -aunque el PP y el PNV también promoverán iniciativas propias- y del Senado, así como el pacto de Estado autonómico. Los populares quieren poner en la mesa de negociación la composición de organismos institucionales, siendo su primer objetivo el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal de Cuentas.

El dirigente socialista asegura que su grupo quiere negociar "con todos, aunque sólo será posible con aquellos que no tengan en su programa el desacuerdo con los socialistas". A continuación hace esta previsión: "Tal y como algunos partidos se manifiestan, seguimos creyendo que podremos tener mayor síntonía con CIU, CDS y PNV, que hasta ahora han tenido en cuenta los contenidos de la s propuestas sin prejuicios previos".

Hace tres meses, ese elogio a los tres colaboradores hubiera resultado superfluo. En estos momentos, el PSOE va a tener que esforzarse para recibir este apoyo, ya que por distintas razones el concurso de los tres partidos del bloque está en entredicho.

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La proclamación de independencia de la mayoría de las repúblicas soviéticas ha tenido su reflejo en los partidos nacionalistas, especialmente en la coalición CIU, si bien desde el pasado mes de julio distintos diputados, tras una reunión con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pusieron de manifiesto el deseo de marcar con mayor nitidez su perfil parlamentario.

El portavoz parlamentario, Miquel Roca, dijo ayer a Radio Nacional de España que compartía la afirmación de Pujol en cuanto a que "Cataluña es como Lituania", y añadió: "Cataluña es como Lituania, como Lituania es como tal otro país y tal otro". Roca afirmó que su partido defiende la vigencia de la Constitución y de los estatutos, por lo que "el problema es de la voluntad del Gobierno de comprender la realidad española".

El CDS aprobará en su congreso de este mes una política de máximo control sobre el Gobierno, según apuntan los documentos precongresuales, mientras que el PNV se distanciará sensiblemente de los socialistas.

A este respecto, el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, ya ha avisado a Martín Toval de que su grupo promoverá una reforma del Reglamento del Congreso para conseguir un mayor control sobre el presidente del Gobierno.

Compañeros incómodos

Por distintas razones, los grupos políticos que han acompañado durante casi dos años a los socialistas en el camino parlamentario han lle gado a la conclusión de que el grupo mayoritario no ha resultado ser un buen compañero de viaje. Así, en el momento de empezar el nuevo periodo de sesiones se replantean sus respectivas estrategias, que, en todo caso, llevarán como resultado último a una posición más crítica, sin que por ello se pueda hablar de oposición frontal, toda vez que no entra en el estilo habitual de los tres grupos en cuestión: CIU, CDS y PNV.El portavoz del grupo catalán, Miquel Roca, declaró ayer a Radio Nacional de España que su estrategia iba a ser la habitual, es decir, la que mantiene desde 1977: ni posiciones anti ni afavor, todo depende de la materia que se trate. Este pragmatismo tan asumido por el Gobierno central, no obstante, apunta a que puede tornarse en crispacion si continúa el discurso de los nacionalistas catalanes respecto a acercar la situación báltica a la España autonómica. El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, ya ha calificado de "tontería" ese afán de buscar paralelismos, mientras que la ministra portavoz, Rosa Conde, insistió en que las semejanzas no existían. Dirigentes de CIU, no obstante, afirmaron que la cercanía de las elecciones en Cataluña no propiciará , en términos generales, el acuerdo con los socialistas, al menos hasta después de los comicios.

En los casos del Partido Popular y de Izquierda Unida, la situación es diferente, ya que, si bien ha habido acuerdos concretos durante la legislatura, la línea fundamental ha sido de "oposición frontal", según repiten los dirigentes socialistas. Los testimonios recogidos entre dirigentes del Partido Popular indican que la situación no va a cambiar, y menos en el ecuador de la legislatura, cuando de lo que se trata es de arreciar la crítica y mantenerla hasta que el presidente del Gobierno, Felipe González, decida disolver las Cámaras y convocar elecciones.

El CDS considera que su política de pactos no les ha traído más que desgracias electorales, por lo que no hay nadie en ese partido que no clame por separarse del PSOE. Éstos señalan que, además, el Gobierno no ha cumplido su parte en el trato, ya que ha admitido pocas de las propuestas del programa electoral del CDS. El primer disgusto de los centristas fue el cierre en banda del Gobierno respecto a su propuesta de servicio militar.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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