Un 'transeúnte' con placa
Un cumbre pernocta en un parque Junto a su esposa y sus cinco hijos al no encontrar casa
Eusebio Sánchez González, de 43 años, salió el sábado por la noche a dar un paseo por el parque de San Isidro, que está frente a su casa, en el sur de Madrid. Durante el paseo se encontró con una pareja y cinco niños que buscaban un lugar donde dormir entre los árboles, y se acercó a ellos. El transeúnte, un gitano de 34 años, aseguró, mostrando una placa, que era policía nacional, lo que a Eusebio, ex presidiario, le dejó aún más sorprendido. La mujer, de 33 años, era su esposa, y los niños, de 13 a tres años, sus hijos. Pero este hombre no es un transeúnte cualquiera; en el parque ha exigido la identificación a más de uno exhibiendo la placa de policía que, según él, le identifica.Juan Miguel Hernández González, María de la Paloma López Maestro y sus cinco hijos llegaron a Madrid en octubre desde Bilbao, donde Hernández dice haber estado destinado durante 10 años. Desde entonces ha vivido en varias casas de la familia de su mujer, que es paya, pero de todas ha tenido que irse. "Nunca me han tragado porque soy gitano; además, yo entiendo que somos siete, pero ni su familia ni la mía nos han aceptado nunca", dice Juan Miguel Hernández. "Antes de ir a Bilbao vivimos con mi familia en Valencia y también tuvimos problemas", añade este hombre alto y moreno que contrasta con su mujer y sus hijos, de pelo rubio.
El parque de San Isidro se ha convertido en su última vivienda. Aquí, cerca de la casa de sus suegros, hace frío de noche y calor de día, pero ése es sólo uno de los problemas que arrastra esta familia. "Hemos buscado un piso de alquiler, pero no encontramos nada que podamos pagar. Estábamos en un hostal, pero se nos acabó el dinero y por primera vez dormimos aquí. Al día siguiente conseguí un anticipo de 40.000 pesetas sobre mi sueldo, que con tantos hijos nos duró pocos días; así que tuvimos que volver al parque, donde tendremos que permanecer hasta que cobre a final de mes".
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Un ex presidiario ayuda a la el familia que vive en el parque
Viene de la página 1Eusebio Sánchez los encontró por la noche y olvidando "lo que me ha currao la policía"- les bajó una manta y, por la mañana, bollos y leche para que desayunaran los niños. "Yo no veo a un policía, veo a una familia en la calle", dice.
Juan Miguel enseña la placa de policía y señala el lugar donde guarda la pistola. "Ahora estoy en radiopatrullas", dice sin querer hablar del cuerpo de policía. "Es mi trabajo y no .quiero tener líos", añade. Su sueldo es de 130.000 pesetas al mes, pero le retienen unas 25.000 de un préstamo que pidió a un banco. "Los muebles y casi todas nuestras cosas las tenemos en Bilbao. Luego hemos ido dejando maletas en las casas de la familia de mi mujer. Ahora sólo llevamos un poco de ropa, pan y chorizo. Bueno, y unos juguetes que les tocaron a los niños en las fiestas de La Paloma", dice Juan Miguel, mientras su única hija, Paloma, de 13 años, una rubia de enormes ojos azules, le mira.
"Hemos ido al Ivima [Instituto de la Vivienda de Madrid] con un informe favorable que nos hizo una asistenta social de Integración Gitana, pero nos han dicho que hasta dentro de siete meses no pueden conseguimos una casa. Hemos ido a otras asistentes sociales, incluida la de la policía; pero las únicas soluciones que nos daban eran que lleváramos a los niños a un intemado o con una familia. Eso no es una solución".
"También dicén de ir a un albergue, pero sólo podemos estar uno o dos días y, además, separados", añade mientras su mujer dice que cuando dejó Madrid para ir a Valencia, hace 13 años, las cosas no estaban así. "Yo quiero encontrar un trabajo; pero sin casa, los niños no pueden ir al colegio y yo no puedo trabajar porque tengo que ocuparme ellos".
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