La búsqueda de la paz, objetivo del congreso del Frelimo en Mozambique

Del sexto congreso del partido gubernamental de Mozambique, el Frelimo, la inmensa mayoría de los mozambiqueños sólo espera una cosa: un sí definitivo a la paz, una intervención más decidida del presidente, Joaquim Chissano, para poner fin a la guerra civil.El conflicto armado ha convertido a la ex colonia portuguesa en el cuarto país más pobre del mundo. La mitad de sus 14 millones de habitantes son refugiados, dentro o fuera de las fronteras nacionales.

Según explican sus partidarios, Chissano obtuvo en la reunión del Comité Central de la semana pasada un cheque en blanco para proseguir su política de reformas y reconciliación nacional. No obstante, trata de no humillar a la vieja guardia, cuyos máximos exponentes -entre ellos el número dos Marcelino dos Santos- deberán ser excluidos del nuevo buró político.

Para conseguir un refuerzo de sus poderes, Chissano amenazó con abandonar el liderazgo del partido, lo que obligó a todas las facciones a unirse para pedirle que no renuncie antes de las elecciones presidenciales de 1992.

Fiel a su papel de árbitro, Chissano impuso también una pausa a los reformistas que querían llevar a las últimas consecuencias el cambio iniciado en 1989, cuando el Frelimo abandonó el marxismo leninismo.