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UGT pide la dimisión de Aranzadi por su inhibición en la crisis de La Seda

UGT pidió ayer la dimisión del ministro de Industria, Claudio Aranzadi, por la inhibición de su departamento en la crisis de La Seda. Akzo ha enviado una carta a las partes implicadas en el conflicto en la que ratifica su oferta inicial de pagar una parte de la deuda de La Seda. A pesar de esta oferta, posterior a la querella de los bancos contra la multinacional, la banca acreedora, encabezada por el Bank of America, puso ayer en duda esta voluntad negociadora de Akzo.

La petición de UGT -formulada ayer por el secretario general del sindicato en Cataluña, José María Álvarez- se debe a las declaraciones realizadas el pasado martes en Mallorca por Claudio Aranzadi, en las que aseguró que su departamento no tiene por qué intervenir en la solución de la misma por ser un problema entre accionistas.Álvarez hizo su declaración al concluir la reunión de dos horas que representantes de UGT y CC OO mantuvieron ayer con el consejero de Industria de la Generalitat, Antoni Subirá, encuentro en el también estuvieron presentes dos directivos de La Seda: su presidente, Lorenzo Gascón, y su director generaal, José María Villamarín, el hombre fuerte del nuevo consejo de la sociedad química textil surgido en la junta de accionistas del pasado día 2.

El Gobierno catalán se comprometió en la reunión de ayer a ayudar a La Seda para que supere los problemas de liquidez a que debe hacer frente en lo que queda de mes, aunque Subirá no concretó cuál será este tipo de ayuda y si incluirá respaldo financiero.

Jacinto Soler Padró propuso ayer que Subirá convoque una reunión el próximo miércoles entre La Seda, Akzo, la banca acreedora y el propio Soler Padró para alcanzar "un acuerdo definitivo basado en la buena voluntad demostrada por Akzo en los últimos días". La multinacional ha enviado una carta a La Seda, a la banca acreedora y al propio Soler Padró en la que ratifica su oferta negociadora inicial, "a pesar de la querella interpuesta por la banca.

Un responsable del Bank of America en Barcelona puso en duda esta buena voluntad, ya que Akzo insiste en reducir 600 millones de pesetas de la deuda reconocida en un principio. Estos 600 millones corresponden al pago de la nómina del pasado mes de julio. Los querellantes exigen el pago de 8.000 millones y Akzo ofrece 7.400.

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