Reglas para ser feliz
La lectura del artículo La libertad contra el cinismo, de K. Popper, me ha provocado tal conmoción moral, que he decidido orientar mi vida según las siguientes reglas para ser feliz (inspiradas en la filosofía moral de Popper):
1. Atribuirás al marxismo y al comunismo (felizmente en extinción) todos los males de nuestro siglo, incluyendo el racismo, el nazismo, las dictaduras, el hambre, el subdesarrollo y la intolerancia religiosa.
2. Si no tuviste la suerte de liberarte del "influjo aplastante del marxismo" visitando VE UU en plena caza de brujas, peregrinarás varias veces a Disneylandia, hasta que lo consigas.
3. Te regocijarás cada mañana de tu condición de "prisionero en la Arcadia del presente", repitiéndote, cuantas veces sea menester, que vives "en el mejor sisterna social que haya existido nunca" y en la sociedad "más dispuesta a la reforma" y al sacrificio.
4. Arropado por la teoría popperiana de que las nociones de progreso o decadencia son ajenas a la ciencia y de que el futuro no depende de tus actos, consumirás con fruición toda clase de plásticos, aerosoles, detergentes y otros productos que facilitan la vida, y contribuirás con entusiasmo al agotamiento de los combustibles fósiles.
5. Cambiarás de cadena cada vez que intelectuales traidores como Cousteau empiecen a hablar del desastre del Amazonas o de la degradación de los mares.
6. Alejarás de tu mente cualquier sospecha de que tu bienestar y tu libertad puedan tener la más remota relación con la miseria y la opresión en los países del Tercer Mundo. Que cada palo aguante su vela.
7. Asumirás, con espíritu de sacrificio y solidaridad, las iniciativas armadas de la nación más libre del mundo, en defensa del precioso tesoro occidental.
Si te queda una sombra de duda, si te dices "Dios mío, ¿es éste el mensaje ético de uno de los grandes filósofos de nuestro siglo?", es que eres irrecuperable. Decididamente, éste no es tu mundo. Y ya ni siquiera te queda el consuelo de que te digan: "Si no te gusta esto, ¡vete a Rusia!".-
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