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NECROLOGICAS

Hasta luego, Fiti

El cuerpo moreno de Fiti es ya cenizas, y quienes la conocíamos no acabamos de entender muy bien por qué.Mercedes Reig, periodista e historiadora del arte, ha muerto a los 38 años, tras -como señalan las crónicas al uso- larga y penosa enfermedad". Esta vez, el tópico se ajusta estrictamente a la realidad.

Con ella desaparece una de las mejores periodistas de viajes, formada, como muchos otros, al calor de ese primitivo Viajar de los años setenta que tanto, en espíritu y en letra, debía a Cuadernos para el Diálogo, de donde despegó.

Su sobrenombre, Fiti (por Fitipaldi), con el que todo el mundo la conocía, lo debía a su pasión y destreza al volante. Con su chillón R-5 amarillo recorrió durante años los paisajes españoles, para luego contarlos magistralmente en diversas publicaciones viajeras. Series de televisión como España a vista de pájaro y Los trabajos y los días, saben muy bien de su sólida aportación. Al final recaló profesionalmente en Arquitectura A&V y Casa Vogue, en donde pudo dar rienda a su otra pasión: la arquitectura.

El aspecto humano estaba marcado, desde hace un par de años, por la enfermedad. En este tiempo, quienes la rodeaban han tenido ocasión -aprovechada al máximo- de demostrar que viejos conceptos como entrega, amistad y solidaridad no han desaparecido, a pesar de su excepcionalidad. Los mismos que corrían delante de los guardias hace un cuarto de siglo, han sabido estar día y noche, durante largos meses, al lado de la amiga que sufría.

Fiti ha muerto. Su espíritu, y el de tantos otros, prevalece.

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