Abdujapárov, el Velocista más odiado por el pelotón
Diamolidine Abdujapárov (Carrera), de 27 años, posee una mirada terrible y un escorpión que asusta grabado en el brazo. Natural de Tachkent, en la república soviética de Uzbejistán, donde su padre es chófer, posee un nombre que significa, en su lengua materna, "cara bonita". Nada más lejos de la realidad. Es el velocista más temido y odiado del pelotón en este Tour. De él aseguran que es inhumano, capaz de cualquier artimaña en los últimos metros con tal de cruzar la meta en primer lugar. Sin embargo, es también el más admirado. En apenas una semana de Tour ha sumado dos victorias al sprint. "Soy el mejor. Los demás sólo saben protestar", afirma Abdujapárov, el único musulmán del pelotón.En la llegada de Reims, Olaf Ludwig (Panasonic) y Johann Museeuw (Lotto) presentaron una reclamación contra él. No prosperó. "No es humano. Si no llego a frenar, termino en una ambulancia. Prefiero medirme con tipos como Van Poppel. Al menos son nobles", argumentó Museeuw, que evitó las vallas en el último momento.
"Yo comienzo a pedalear con fuerza cuando faltan 600 metros. Lo que sucede detrás nunca me importa. En esos momentos no se puede tener miedo. Yo ni siquiera respiro. Miro la bandera de llegada y hago lo que sea preciso para ganar. Hay que estar un poco loco, lo reconozco", comentó elacusado.
"Soy el mejors"
Amateur hasta 1990, temporada en la que militó en el equipo italiano Alfa Lum, este año ha fichado por el Carrera. Ha sumado seis triunfos en la presente temporada, entre ellos dos etapas de la Vuelta a Murcia y una clásica (Gand-Wevelgem). Sus inicios en el ciclismo fueron casuales: "Un día llegó un hombre a mi colegio y preguntó que a quién le gustaba montar en bicicleta. Yo levanté la mano". Las cosas, desde entonces, han cambiado mucho: "Soy el mejor sprinter del momento. En dos llegadas me he impuesto a expertos como Kelly, Van Poppel o Museeuw. Eso quiere decir algo".
Su condición de musulmán no le impide comer jamón, según confiesa: "En mi república, el marxismo no supuso una pérdida de nuestra identidad islámica. Sin embargo, alguna concesión sí nos es permitida". Se declara ferviente defensor de la perestroika y exhibe una ambición comedida: "Mi máximo objetivo es conseguir el maillot verde (clasificación por puntos), el más bonito después del amarillo". De momento, es una de las estrellas de la presente edición del Tour. Incluso Sean Kelly lo admira: "En Reims ejecutó un sprint majestuoso".
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