El portavoz de los dioses
Arnaud, con 11 participacionesen la ronda francesa, trabaja para Delgado
La veneración que el pelotón siente por Dominique Arnaud, del equipo Banesto, no es producto de un respeto por la edad. Cierto es que el listado de participantes afirma con frialdad que Arnaud es, a Sus 36 años, uno de los abuelos de la presente edición del Tour. De hecho, sólo le supera su entrañable amigo Gilbert Duclos-Lasalle, del Z, que sigue como un roble a sus 37 primaveras. La admiración hacia este hombre se deriva de sus 11 temporadas de presencia consecutiva en la ronda francesa como portavoz y hombre de confianza de campeones como Hinault, LeMond y Delgado.
De Arnaud se dice que ha ganado dos veces el Tour, en 1985 y 1988, cuando se impusieron, respectivamente, Bernard Hinault y Pedro Delgado. Así se comenta porque, en ambas ocasiones, hablar con Arnaud era lo mismo o mejor que hablar con Hinault o Delgado. También, porque sin este hombre probablemente ninguno de esos triunfos habría sido posible. El corredor de las Landas (suroeste de Francia) conoce tan bien a ambos y es tan accesible en su trato con los periodistas que éstos, sobre todo los franceses, prefieren utilizarlo como canal de comunicación. Si a todo ello se añaden sus cuatro participaciones en la Vuelta y en el Giro, lo que suma un total de 19 grandes pruebas por etapas, no hay duda de que uno se encuentra ante un soberbio caso de longevidad.Gregario de castaDelgado e Hinault deben mucho a este corredor, un gregario de formidable casta. "No es posible compararlos a ambos. Bernard Hinault era el gran patrón del pelotón. Su personalidad era tan fuerte que todos notaban la presencia del líder. Perico Delgado es más tranquilo. Es un ganador al estilo de LeMond. Accesible, relajado, siempre sonriente", comenta Arnaud, quien sólo en una ocasión, en 1987, abandonó el Tour. Las restantes lo concluyó.En la recta final de su carrera, asume su condición con orgullo y se muestra satisfecho de poder dar algo de sí a los demás "Han cambiado mucho las cosas en este deporte y yo ya sé cuál es mi sitio. El ciclismo es cada día más duro, en el sentido de que hay muchos intereses en torno a él y las exiencias son cada vez más elevadas. La gente se prepara a conciencia porque se trata de una actividad cada día más selectiva. Un aficionado lucha por ser profesional y ganar más dinero y un profesional se prepara para vencer porque abe que así obtendrá más dinero", afirma Dominique Arnaud.
Sobre Pedro Delgado, añade: "MI obligación es trabajar para él y, para Miguel Induráin. Un triunfo suyo es un triunfo mío. Es mi trabajo y me gusta".
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