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González pedirá al Gobierno la misma "lealtad y confianza" que exigió a los dirigentes socialistas

Anabel Díez

Felipe González va a trasladar a los miembros de su Gobierno el mismo mensaje que transmitió el pasado miércoles en La Moncloa a los secretarios regionales del PSOE para que a partir de ahora se abra una etapa de "lealtad y confianza". Por primera vez desde hace año y medio, los distintos sectores socialistas muestran voluntad política de poner término a las hostilidades. La llamada de atención del líder del PSOE parece que ya ha surtido efecto en el partido.

Los testimonios recogidos indican que numerosos dirigentes socialistas comparten la sensación de que habían llegado demasiado lejos en sus expresiones públicas de animadversión, lo que, unido a lo que llaman "enemigo exterior", podía conducirles a una pérdida paulatina del poder.Los asistentes a la reunión celebrada el pasado miércoles en el palacio de la Moncloa coincidieron en señalar la existencia de un "enemigo exterior", denominación en la que incluyen a los medios de comunicación, aunque entre ellos hubo diferencias al poner mayor o menor énfasis en la incidencia de ese factor en la perturbación del partido. El vicesecretario general, Alfonso Guerra, se extendió en este aspecto y fue citando ejemplos en un intento de probar que existen grupos de presión que intentan "minar" el apoyo social del PSOE.

Un dirigente regional dio a entender, aunque sin mencionar nombres, que se había comentado en la reunión que algunos miembros del partido "indirectamente" ayudaban a esos enemigos exteriores. La fuente informante precisa que en ese momento se pensó en el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga.

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No obstante, el varapalo fue muy extenso, ya que fueron aludidas las últimas declaraciones del presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Eduardo Martín Toval; del presidente del Congreso de los Diputados, Félix Pons, y del portavoz de la oposición socialista en el Ayuntamiento de Sevilla, Luis Yáñez, todo ello como ejemplo de lo que no debería hacerse a partir de ahora. Estos dirigentes aseguran que de la reunión se dedujo que el presidente del Gobierno también hará una llamada de atención a los miembros del Ejecutivo.

A modo de conclusión se puede extraer de lo comentado por diversos asistentes que, a partir de ahora, se pretende que el partido y el Gobierno se rijan por reacciones de mayor lealtad. Distintos dirigentes regionales señalaron poco después de la reunión que se ha recuperado "el clima de confianza" roto desde hace más de año y medio, cuando comenzó la pugna ante el congreso federal del PSOE, celebrado en noviembre de 1990, y que tuvo como desencadenante las llamadas de personas relevantes del partido a la "apertura" y a la "renovación".

La respuesta entonces fue el cierre de filas del aparato y de la mayoría de los dirigentes, como se vio por la composición de la ejecutiva que salió de ese congreso. Cuando éstos se creían dueños de la situación vino la dimisión de Alfonso Guerra de la vicepresidencia del Gobierno y un cambio en los ministerios que no agradó mayoritariamente al partido. Para mayor confusión, trascendió que las relaciones entre Felipe González y Alfonso Guerra eran tibias y que el contacto entre ambos se mantenía a través del secretario de Organización, Txiki Benegas, quien hacía la labor de mediador.

Problemas de financiación

La presunta financiación irregular del PSOE y el alejamiento de sus tareas de un histórico como Guillermo Galeote fueron el último episodio de esta larga cadena de desencuentros entre socialistas. En estas circunstancias, el "clima de franqueza" que se extendió a lo largo de la reunión entre González y los dirigentes regionales ha supuesto un primer respiro después de tan largo periodo de enfrentamientos más o menos soterrado, según repiten asistentes a la reunión.

"Se habló con franqueza, con realismo, con dureza muchas veces, pero en un clima de confianza que hacía mucho que no se daba", asegura uno de estos dirigentes. Otro interlocutor señala "Ia complicidad" que apreció entre Felipe González y Alfonso Guerra, lo que le hace pensar que se ha debido producir cierto acercamiento entre ellos en las últimas semanas.

A partir del próximo mes de septiembre, la ejecutiva federal del PSOE articulará "cauces de diálogo permanente dentro del partido" para dar voz a relevantes personas de la organización que no tienen poder orgánico, además de hacer habituales, y no extraordinarias, las reuniones entre el secretario general y los máximos dirigentes regionales.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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