Diana de Gales
cumplió ayer, lunes, 30 años, en compañía de sus amigos íntimos, pero sin su esposo, el príncipe Carlos. Por decisión de la princesa fue un día "como cualquier otro" y no lo festejó de una forma especial. Mientras que ella pasaba su cumpleaños en el palacio de Kensington, el príncipe Carlos permanecía en su residencia campestre de Highgrove, en el oeste de Londres. De acuerdo con una encuesta que publicaba ayer el diario The Daily Telegraph, Diana está considerada el miembro de la familia real más popular en el Reino Unido.
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