El presidente alerta a la oposición ante el peligro de guerra civil en Yugoslavia

Felipe González exhortó ayer a los líderes de la oposición a mantenerse en las próximas semanas en contacto con el Gobierno ante el riesgo de que la crisis en Yugoslavia estalle en una guerra civil y España deba tomar decisiones en conjunción con los países de la CE. Posteriormente, en una conversación informa con periodistas, González precisó que las consultas con los dirigentes de la oposición de ningún modo se referirán a un envío de fuerzas militares españolas para proteger la seguridad europea ante un conflicto bélico. "Ésa es una hipótesis absolutamente inverosímil" aseguró González.

Al igual que ocurriera en la cumbre celebrada el pasado fin de semana en Luxemburgo por los jefes de Estado y de Gobierno de la CE, el pleno del Congreso en el que Felipe González informó ayer de los avances en la unión política y monetaria de la CE, se centró en la amenaza de desintegración del Estado yugoslavo. Un riesgo que está intentando neutralizar la troika de ministros de Asuntos Exteriores de la CE y que podría deparar una solución pacífica y democrática en el plazo de los próximos dos o tres meses, según González. Pero una situación crítica, también, que empujó al propio presidente del Gobierno a alertar a los representantes de los principales grupos de la oposición, para que se encuentren localizables en las próximas semanas por si fuera necesario adoptar en la CE medidas diplomáticas y militares de emergencia.Mientras González lanzaba una seria advertencia sobre el clima prebélico que viven los ciudadanos yugoslavos, PNV y CiU defendieron ardientemente la libertad de Eslovenia y Croacia para escoger el camino de la independencia y erigirse en Estados soberanos:

El portavoz del primer partido de la oposición, Rodrigo Rato, recogió la invitación del Gobierno pero emplazó a González a no utilizar la vía de las conversaciones telefónicas, sino la que el reglamento del Congreso permite para reunir en periodos de vacaciones -como es el caso a partir de hoy- a la diputación permanente.

Rato apenas se extendió en consideraciones sobre la situación en Yugoslavia y se limitó a apoyar los acuerdos de la cumbre de Luxemburgo e interpretar que iniciativas diplomáticas como las acordadas este fin de semana muestran la capacidad para elaborar una política exterior europea común. En declaraciones a este diario, Rato expresó su "respeto" a las decisiones políticas que puedan tomar algunas regiones yugoslavas siempre que hayan sido acordadas de forma pacífica.

El jefe del Ejecutivo recordó el acuerdo de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación Europea, contenido en la Carta de París, a la que definió como el mayor factor de estabilidad que hay en Europa y a la que calificó como "respetuosa a la vez con el derecho y con la autodeterminación de las minorías".

Frente a estos argumentos, Miquel Roca (CiU) advirtió que "nada de lo que está ocurriendo en Yugoslavia es extrapolable a otro país europeo", pero subrayó que "la pacificación no se puede hacer aplastando la libertad", porque a su juicio la mayor garantía de paz es la libertad. Iñaki Anasagasti (PNV) atribuyó el estallido independentista en Yugoslavia a "la lógica de la libertad simbolizada en la caída del muro de Berlín", consideró un error "mantener un Estado-fortaleza cuando lo necesario es dar salida a conflictos nacionales tapados por años de dictadura", y exclamó: "¡No se trata de conflictos tribales! ¡En todo caso, nosotros preferimos la libertad peligrosa a la esclavitud tranquila!".

Una tesis que compartió también el representante de Izquierda Unida, Nicolás Sartorius, si bien éste apeló también a la necesidad de intentar preservar la unidad de Yugoslavia mediante la fuerza diplomática y económica de que dispone la CE, factores que en cambio eludieron los representantes nacionalistas.

Sartorius se opuso a la intervención de las Fuerzas Armadas para sofocar las pretensiones independentistas y abogó por una. solución democrática que preserve la integridad de Yugoslavia y garantizar el máximo respeto a las regiones.