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Los discursos del Rey abren un debate político sobre su facultad de criticar a los gobernantes

Anabel Díez

El Rey afirmó ayer en Carboneras (Almería) que la Administración "a veces va por detrás de la sociedad en lugar de ir por delante", reririéndose a los problemas de los pescadores. Estas palabras fueron pronunciadas al día siguiente de que criticase, en Granada, "la desidia y la corrupción que han malogrado tantas cosas en España"; y han originado un debate político sobre si el jefe del Estado tiene facultades para criticar a los gobernantes. Dirigentes socialistas mostraban ayer su perplejidad por esas frases. José María Aznar, presidente del PP, declaró que siempre escucha con respeto y atención las palabras del Monarca. El presidente catalán, Jordi Pujol, señaló que las advertencias de don Juan Carlos le han causado "buena impresión".

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Cualificados miembros del PSOE que quisieron mantener en reserva su identidad se mostraron sorprendidos por estas frases, sobre todo porque estaban seguros de que el Gobierno siempre revisa los discursos del Monarca. A tenor de estas intervenciones reales, estos dirigentes no puteden creer que el jefe del Ejecutivo, Felipe González, haya dado su visto bueno al discurso de anteayer y menos al de ayer.Un dirigente socialista llegó a asegurar que el Rey ha ido demasiado lejos y recordó que los discursos públicos de la reina de Inglaterra se pronuncian siempre en nombre de su Gobierno.Las declaraciones de don Juan Carlos han puesto de manifiesto la diferencia de opiniones en los partidos sobre las funciones y facultades del jefe del Estado. El. portavoz del CDS, Antoni Fernández Teixidó, y el diputado de IU Antonio Romero, consideran adecuado este tipo de manifestaciones, pero constituyen sendas excepciones entre los grupos parlamentarios, pues otros portavoces prefirieron hablar a título oficioso y pusieron serias reservas a pronunciarse."El tabú"

Fernández Teixidó, señaló que los políticos deben desterrar "el tabú" que les constriñe en cuanto hay que referirse al Rey. El portavoz del CDS dijo: "Suele ser verdad que la Administración va por detrás de las demandas sociales, y eso ocurre en la mayoría de los países y de las épocas. Aunque creo que el Rey ha hecho una afirmación de carácter genérico, ésta debe servir como elemento de reflexión para que lo tengan en cuenta el propio Rey, los partidos y la sociedad". "El Rey reina, y está legitimado para ofrecer su opinión; y los políticos tienen que evitar cualquier tabú al respecto".

El diputado de IU Antonio Romero dijo: "El Rey sintoniza con estas manifestaciones con las preocupaciones de la sociedad y es una llamada para que las fuerzas más sanas de la sociedad venzan a la tela de araña que está paralizando este país".

Sin embargo, otro portavoz de la oposición señaló el peligro de que don Juan Carlos quiera ser "Francesco Cossiga", presidente de la República italiana (elegido por sufragio universal). En interpretación irónica, un portavoz de la oposición señalaba que las referencias a la corrupción tal vez han contado con el visto bueno de Felipe González "si es que éste quiere acabar con su actual partido".

Lo cierto es que esta segunda intervención del Rey causó tanta sorpresa en el PSOE que ningún dirigente socialista quiso comentarla, aunque sí explicaron algunos que se está produciendo "confusión en cuanto a los papeles constitucionales de cada cual"; y pusieron en duda que dentro de los que la Carta Magna confiere al Rey figure el de expresar su opinión sobre asuntos que los socialistas interpretan como crítica al Gobierno.

El vicepresidente del Ejecutivo, Narcís Serra, se limitó a responder a los periodistas tras pronunciar una conferencia en El Escorial (Madrid) que "los miembros del Gobierno no deben expresar opiniones o comentarios sobre los discursos de Su Majestad", informa Efe.

Jordi Pujol dijo a Antena 3 que las palabras del Rey están en la línea de la "llamada a la autoexigencia", con la que él se declara coincidente. Según Flujol, "el llamamiento del Rey está dirigido a todo el mundo, porque cualquier persona puede estar implicada en prácticas no correctas".

El alcalde de Barcelona, el socialista Pasqual Maragall, declaró a Onda Cero que el discurso de don Juan Carlos en Granada es una "llamada de atención" y añadió: "Me ha hecho pensar en [Sandro] Pertini [el ya fallecido presidente socialista italiano] y el papel positivo que jugó en Italia en su momento".

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, destacó en Bruselas la "gran prudencia y el sentido de la oportunidad" de las declaraciones del jefe del Estado, que consideró un "claro ejercicio de la función constitucional [del Rey] de supremo moderador del funcionamiento de las instituciones políticas", informa Efe.

Don Juan Carlos pronunció su discurso ayer ante los pescadores de Carboneras, en el acto de inauguración del puerto pesquero de la localidad, informa Diego Narváez. Los Reyes completaron en Almería una visita de tres días que les ha llevado también a Jaén y Granada, las tres provincias orientales andaluzas más desfavorecidas. El Rey quiso simbolizar con la inauguración del puerto de dicha lócalidad la recompensa a muchos años de esfuerzo de los trabajadores de la mar.

El Monarca habló de los pescadores de bajura como "gentes bravas", y a continuación manifestó: "Mujeres y hombres infatigables que, a media noche o al alba, salían a la mar para ganar el sustento. Han sido cantados por narradores y poetas. Pero no han sido, a lo largo de las pasadas centurias, favorecidos siempre por la Administración que, a veces, va por detrás de la sociedad en lugar de ir por delante".

Por la tarde, en el Ayuntamiento de Almería, don Juan Carlos consideró necesario aún "consolidar, con justicia, la sociedad democrática que nos une", informa Europa Press.

Las funciones del Monarca

Portavoces de algunos partidos políticos apelaron ayer a diferentes artículos de la Constitución para avalar sus argumentos a favor de que el Rey puede hacer manifestaciones públicas del estilo de las realizadas en los dos últimos días en Granada y Almería o, por el contrario, de que no puede hacerlas porque su actuación debe estar supeditada al Ejecutivo.Éstos últimos invocaban el artículo 64 de la Constitución: "Los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes". Este mismo artículo, en su apartado 2, indica: "De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden".

Quienes consideran, en cambio, que el Monarca puede opinar públicamente sobre el funcionamiento de las instituciones apelan al artículo 56, que señala: "El Rey es el jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las Instituciones y asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales".

En este mismo artículo, en su apartado 3, se hacen dos afirmaciones que pueden servir a las dos posiciones discrepantes. "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Sin embargo, ese mismo apartado continúa: "Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64 [es decir, por el Gobierno] careciendo de validez sin dicho refrendo".

En el artículo 62 se hace un largo listado de las funciones del Rey, tales como sancionar y promulgar las leyes, proponer el candidato a presidente del Gobierno, nombrar y separar a los miembros del Gobierno a propuesta de su presidente y, previa autorización de las Cortes, declarar la guerra y hacer la paz. No obstante, no hay referencia alguna a lo que puede o no puede opinar el jefe del Estado.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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