Jeremy Irons
Una película con su hijo de nueve años
"Mi vida no ha cambiado por obtener el Oscar al mejor actor en el filme El misterio Von Bülow. Lo que sí tengo ahora es más confianza en mí mismo y un trasto más en casa para limpiar el polvo", confesó Jeremy Irons durante la presentación en Barcelona del filme Danny, campeón del mundo, dirigido en 1989 por Gavin Millar.Irons llegó puntual a la rueda de prensa, convocada ayer a primera hora en el hotel Ritz de Barcelona, y durante una hora contestó a las más de 25 preguntas que se le hicieron y posó ante los cientos de flashes que se le dispararon. Como una verdadera estrella de Hollywood.
Danny es una película que, basada en un cuento de Roald Dahl, narra las peripecias por las que pasan un padre -Jeremy Irons- y su hijo -Samuel Irons, de nueve años- para burlarse de un rico propietario en la Inglaterra de los años cincuenta. Irons, actuando junto a su hijo y su suegro, se ha visto envuelto en un negocio familiar. "De todas formas, el padre de Danny es más paciente y no se ausenta tanto como el padre de Samuel", dijo el actor con cierta ironía.
Irons, nacido hace 43 años en la isla de Wright (Reino Unido), es el prototipo del actor británico: comenzó con el teatro y continuó con el cine y las series de televisión. "Una base de técnica teatral es lo que nos diferencia a los actores de cine británicos de los americanos", señaló Irons.
Irons sabe que ahora su nombre compite con los de De Niro, Depardieu o Markovitz, y sabe también que no va a parar de trabajar. La pasada semana acabó el rodaje de Kafka en Praga, bajo la dirección de Steven Soderbergh, y pronto comenzará a trabajar, junto a Anthony Hopkins, en la comedia Cargo de desaprobación.
A pesar de sus éxitos en Estados Unidos, Jeremy Irons sigue viviendo en Londres y prefiere "rodar en Colombia que en Nueva York. Estar en la jungla a estar en Manhattan".
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