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Cossiga defiende el presidencialismo en Italia contra la opinión de Andreotti

Giulio Andreotti, primer ministro italiano, negó ayer su firma a un mensaje que el presidente de la República, Francesco Cossiga, dirigió al Parlamento para reactivar su proyecto presidencialista de reforma de las instituciones. El mensaje de Cossiga fue un claro gesto de ayuda al líder socialista, Bettino Craxi, que debe inaugurar hoy un difícil congreso de su partido marcado por dos derrotas sucesivas ante los electores.Cossiga volvió a tensar los nervios de los políticos italianos. Su mensaje al Parlamento era esperado porque había defendido contra viento y marea su voluntad de pronunciarlo. Pero estaba anunciado que el presidente de la República y el primer ministro, que no es partidario de la reforma institucional, habían llegado a un acuerdo para que el segundo visara con su firma el discurso del primero. El acuerdo requería que el mensaje no fuera dado a las Cámaras hasta después del congreso de Craxi, que comparte el enfoque presidencialista de Cossiga.

Al mediodía llegó la sorpresa. Falto de la firma de Andreotti, el presidente logró del ministro de Justicia, el socialista Claudio Martelli, que sustituyera en el trámite al primer ministro, y a primera hora de la tarde, el mensaje de Cossiga fue leído ante las Cámaras por el presidente del Senado, Giovanni Spadolini. Andreotti se negó a comentar el incidente. Ugo Intini, portavoz socialista, declaró que, "al parecer, en Roma no ha sucedido ningún drama". Y una opinión parecida fue la del centrista democristiano Arnaldo Forlani.

Pero Ugo La Malfa, líder republicano, dijo que la actitud de Andreotti representaba "un problema constitucional como una casa", y añadió que "el presidente de la República y el presidente del Consejo tendrán graves dificultades para mantenerse en sus respectivos cargos".

El presidente sí dio una percha a Craxi, en contra de los deseos de Andreotti. Las críticas sobre el líder socialista arrecian en el seno del PSI, mientras la fama del populista Cossiga crece en la calle como consecuencia de un juego que a corto plazo es puramente retórico.

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