Los sueños hechos realidad
Los eslovenos festejaron con júbilo su primer día de independencia
MIRJANA TOMIC ENVIADA ESPECIAL Los eslovenos celebraron anoche la materialización de su sueño: la independencia. En una ceremonia solemne y comedida, decenas de miles de personas escucharon las palabras emotivas de su presidente, Milan Kucan. "Se acercaron la vida y los sueños", dijo Kucan. "Nuestros hijos construirán un nuevo mundo sobre estos sueños".
"La historia nunca ha regalado nada al pueblo esloveno", recordó Kucan, en referencia a que ni el Gobierno federal yugoslavo ni la comunidad internacional han reconocido el nacimiento de un nuevo Estado. Kucan pasó revista a la Defensa Territorial (Ejército republicano) e izó la nueva bandera: blanca, azul y roja, con un nuevo escudo que combina las montañas y el mar.
Los fuegos artificiales iluminaron el cielo sobre la plaza de la Revolución de Lubliana, donde media hora antes de la llegada del presidente los aviones tipo Mig de las Fuerzas Armadas yugoslavas sobrevolaban Lubliana en vuelos rasantes para cerciorarse de que los participantes en la ceremonia no se olvidaran de su presencia.
El primer día de la independencia eslovena, proclamada en el Parlamento de esta república el martes por la noche, el Gobierno aprovechó para enseñar al mundo los nuevos confines del Estado. Izaron la bandera en los puestos fronterizos con Austria, Italia y Hungría, arriando previamente la yugoslava. Colocaron un cartel diciendo: "Republika Slovenija" enfrente del anterior "SFR Jugoslavija". Las Fuerzas Armadas no permanecieron quietas. Grandes convoyes de carros de combate se dirigieron hacia los puestos fronterizos para demostrar que los confines eslovenos son realmente los yugoslavos. Los eslovenos levantaron barricadas con tractores y otros vehículos para impedir que el Ejército se apoderase de los confines.
Otra muestra de la soberanía eslovena quedó frustrada: el Gobierno federal rehusó respetar la soberanía del espacio aéreo esloveno, proclamada por el Gobierno de esta república, y la federación del control aéreo clausuró los tres únicos aeropuertos, en Lubliana, Marivor y Portoroz. La presencia de los carros de combate en las carreteras paralizó el transporte terrestre en las principales vías que comunican Eslovenia con Europa occidental. El mismo día que Milan Kucan declaró: "Eslovenia entra en la familia de las naciones libres e independientes", las comunicaciones eslovenas con Europa, de la cual aspira a formar parte, fueron interrumpidas. Los ocho puestos fronterizos instaurados por el Gobierno esloveno para marcar la frontera con Croacia fueron inaugurados ayer: casas prefabricadas color ocre y policías vestidos de gris. Sin embargo, en estos puestos fronterizos los policías no paraban el tráfico. El primer día de la independencia eslovena ni siquiera fue un día de fiesta: la gente fue a trabajar como siempre, preocupada por la bajada continua del nivel de vida.
"Yo estoy en contra de la escisión", dice Violeta, estudiante de arte dramático de 21 años. "Yo sólo quiero trabajar y vivir bien. Pero tampoco me gustaría vivir en un país donde hay conflictos armados entre los serbios y los croatas. Si el precio de nuestra paz es la independencia, entonces estoy a favor de la misma".
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