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La Comisión Europea estudia el acuerdo de Torras con Sarrió y la participación de British Steel en Aristrain

Victoria Carvajal

La Comisión Europea, encargada de regular las fusiones y adquisiciones entre compañías europeas que puedan atentar contra la libre competencia, ha pedido información a la papelera Torras Hostench sobre su intercambio de acciones con la empresa Sarrió, y sigue de cerca la evolución de la operación de venta del 45% de la empresa de siderurgia española Aristrain al grupo británico British Steel.

En el primer caso, Torras Hostench, participada en un 77% por el grupo kuwaití KIO y cuya principal actividad industrial se concentra en la fabricación de papel, intercambió los activos papeleros de la compañía Sarrió -cuatro fábricas de producción de papel-, por acciones del grupo Torras y una planta de fabricación de cartoncillo. "Ha sido un intercambio para especializar la actividad de ambas empresas, Torras en papel y Sarrió en cartoncillo", asegura una fuente cercana al grupo KIO.La Comisión ha pedido información a Torras para estudiar el intercambio de activos, que ha permitido a la empresa papelera española situarse en el octavo puesto dentro del sector papelero en la Comunidad Europea. Ha solicitado documentación para comprobar que la operación no viola la reglamentación en lo que respecta a posiciones dominantes en los mercados, según la cual, cuando el volumen de explotación de un grupo supera los 5.000 millones de ecus (650.000 millones de pesetas), sus operaciones pueden ser objeto de investigación.

La Comisión señala, no obstante, que el cálculo del volumen de ventas en el caso de KIO es difícil, debido a la naturaleza del grupo, ya que es un inversor financiero con participaciones minoritarias en distintas compañías. La facturación de Torras, junto con los activos papeleros de Sarrió, vienen a sumar 114.000 millones de pesetas, pero queda por calcular el resto de los activos del grupo.

Dos representantes de Torras viajan mañana a Bruselas para presentar toda la información de la operación ante la Comisión, según informaron fuentes cercanas a la empresa. Una vez recibidos los datos, este órgano comunitario encargado de vigilar la libre competencia, decidirá si el acuerdo es contrario o no a la normativa.

En el caso del grupo de aceros británico British Steel y el grupo español José María Aristrain, la Comisión está preocupada por la posición dominante con riesgo de actuaciones monopolísticas de British Steel en la fabricación de productos estructurales de acero. El grupo británico se ha visto ya varias veces sancionado e investigado por la Comisión debido a su fuerte posición en el mercado metarúrgico europeo.

Con la compra del 45% de Aristrain, British Steel se convierte en el primer productor de perfiles estructurales del mundo. En el mercado común, por tanto, alcanza una posición de fortaleza que la Comisión está encargada de controlar. Fuentes cercanas a Aristrain confirmaron qué ambas compañías habían presentado toda la información que la Comisión les había pedido, aunque la Dirección General de la Competencia no se pronunciará hasta que no esté firmado definitivamente el acuerdo, lo que parece ocurrirá el mes que viene. Las mismas fuentes creen que la Comisión no tendrá ningún problema en bendecir la operación ya que con esta adquisición, British Steel se hace con cerca del 20% del mercado europeo en perfiles estructurales de acero, y no sobrepasa el 25% máximo de cuota de mercado permitido.

El seguimiento de la operación está resultando, según fuentes de Aristrain, más relajado y con menos pegas de lo habitual. "Se observa un cambio de filosofía por parte de la Comisión, que facilita cada vez más los trámites y apoya la fusión de empresas en el sector siderúrgico en Europa para poder hacer frente a la competencia estadounidense.

Control de Cepsa

Además de estos dos casos, la Comisión ha dado el visto bueno a la adquisición del 100% de Ertoil por Cepsa. Esta compra fue pactada entre Cepsa y el grupo francés de petróleo Elf-Aquitaine, que tenía los derechos de opción sobre Ertoil. La toma de la totalidad de Ertoil por parte de Cepsa significa que la empresa francesa, que ahora tiene el 20,5% de Cepsa, pase a controlar el 34% de la compañía española, mediante una serie de operaciones que todavía están siendo diseñadas de acuerdo con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La Comisión Europea tiene que supervisar todavía la segunda parte de la operación.

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