El G-7 llega a un acuerdo para firmar la subida del dólar, pero discrepa en las fórmulas de ayuda a la URSS
Los ministros de Hacienda y los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Siete (G-7), en el que se integran EE UU, Canadá, Japón, Alemania, Francia Reino Unido e Italia, concluyeron ayer su reunión de Londres con un vago comunicado capaz de satisfacer a los distintos intereses de los firmantes. Los ministros creen ver próxima la recuperación económica y se compromenten a cooperar en el control de la tendencia alcista del dólar. Nicholas Brady, el representante norteamericano, dijo que la URSS podrá ser miembro asociado del Fondo Monetario Internacional, mientras el representante británico, Norman Lamont, dejó entrever las diferencias existentes en el seno del G-7 sobre las fórmulas de ayuda a la URSS.Los representantes de los siete países pasaron revista a la situación económica y financiera internacional y notaron "con satisfacción la existencia de señales de recuperación global de la economía", según el comunicado. Ministros y gobernadores insisten en que la política monetaria es el instrumento que ha de proporcionar las bases para un crecimiento sostenido con estabilidad de precios "de acuerdo con las diferentes circunstancias de cada país" y mantienen que es esencial adoptar medidas presupuestarias para corregir los déficits fiscales.
Ante la tendencia alcista del dólar, que preocupa a diversos países europeos, los ministros reiteraron "su compromiso de cooperar estrechamente y, si es necesario, mediante la apropiada acción concertada en los mercados de cambio". Términos vagos y genéricos que van a servir de poco para disipar esos temores a juzgar por la experiencia del inmediato pasado.
De la reunión que el mismo Grupo de los Siete mantuvo el pasado mes de abril emergió un comunicado vago que contribuyó a la posterior subida del dólar. "Este comunicado es muy parecido al de abril", comentó Norman Lamont, el ministro británico de Hacienda, en una conferencia de Prensa en la que se negó a dar más detalles: "La redacción del documento habla por sí misma" dijo.
Ayuda a la URSS
La cuestión de la ayuda a la URSS también estuvo sobre la mesa y Lamont dio a entender que existen diferencias entre los distintos países. Estados Unidos y Alemania son quienes más dispuestos están a echar un capote a Mijaíl Gorbachov mientras Japón se encuentra en el otro extremo, por temor a que una ayuda a las URSS debilite al yen y porque supedita la cooperación con Moscú al arreglo del contencioso sobre las islas ocupadas por el Ejército Rojo al concluir las segunda guerra mundial.
Lamont no quiso entrar en estas diferencias y dijo que "lo importante es que se ponga en marcha el proceso de reforma en la URSS, pues sólo la URSS puede hacerlo; la ayuda masiva no es suficiente por sí misma". El comunicado no hace ninguna referencia a algún tipo de asociación de la URSS con el FMI. Sin embargo, Nicholas Brady, secretario del Tesoro norteamericano aseguró anoche que la URSS podrá convertirse en miembro asociado del Fondo, un estatuto hasta ahora inexistente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.