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El G-7 se reúne hoy para concertar una acción que frene la subida del dólar y permita bajar los tipos de interés

Victoria Carvajal

Estados Unidos, deseoso de dar el último impulso a su economía para asegurar la salida de la recesión, quiere proponer nuevos recortes de tipos de interés en la reunión extraordinaria que celebra el Grupo de los Siete (EE UU, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) hoy en Londres. Así lo ha manifestado el presidente de los EE UU, George Bush, y el secretario del Tesoro, Nicholas Brady.

Éste último presionará para que los otros miembros relajen sus políticas monetarias a cambio de apoyar un control sobre el tipo de cambio del dólar. Las discrepancias en el seno del G-7, que agrupa a los siete países más industrializados del mundo, se han puesto de manifiesto una vez más en vísperas a la reunión informal que se celebra hoy en Londres. La división afecta a los principales temas de la agenda: apreciación del dólar, tipos de interés y política de apoyo a la Unión Soviética.En la reunión de hoy, que precede a la cumbre oficial de los jefes de Estado el próximo 15 de julio, estarán presentes los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los siete países miembros. El carácter económico del encuentro y la posible toma de decisiones en lo que respecta a frenar la pujanza del dólar y recortar los tipos, ha mantenido en compás de espera a los mercados de divisas, donde la moneda estadounidense se mantiene moderadamente fuerte.

La escalada del billete verde, a costa del debilitamiento de las monedas de los principales socios comerciales de EE UU (Alemania y Japón), presiona al alza los tipos de interés en Alemania -las autoridades deben tomar medidas para evitar que el marco caiga- y dificulta la rebaja de los mismos en Japón.

Prioridad

Pero la prioridad de el Tesoro estadounidense es conseguir una baja generalizada tipos de interés que le permita bajar los suyos para dar el impulso definitivo a la economía americana para sobreponerse a la recesión. A este frente se une Francia, cuya recesiva economía necesita de este medida expansiva con urgencia.Alemania, sin embargo, no se muestra partidaria de relajar su política monetaria y Japón mantiene sus reservas. Ambos países temen que su ya fuerte demanda interna dispare la inflación si se rebaja el precio del dinero. En el caso de Italia, que también se opone a recortar los tipos, su negativa responde a la necesidad del estado de Financiar el enorme déficit público con tipos atractivos.

El Tesoro estadounidense juega con una baza de presión para conseguir que Alemania y Japón relajen su política monetaria. Mediante su tácito compromiso a Intervenir para frenar la violenta subida del dólar, que amenaza con desestabilizar el equilibrio comercial de sus economías -vía encarecimiento de sus importaciones en dólares-, el Tesoro quiere comprometer a Japón y Alemania a bajar, o cuando menos en el último caso, a no subir sus tipos. El Bundesbank alemán se resiste. Aún a riesgo debilitar el marco todavía más frente al dólar, las autoridades alemanas prefieren mantener elevado el precio del dinero.

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