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ETA asesina en Madrid a un teniente del Ejercito del Aire al hacer estallar una bomba en su coche

La organización terrorista ETA asesinó ayer en Madrid al teniente del Ejército del Aire Enrique Aguilar Prieto, de 52 años, al hacer explosión un artefacto explosivo colocado enlos bajos de su coche, un Mercedes 300, azul metalizado, matrícula GC-5154-M. Es la primera vez que ETA pone en Madrid una bomba activada por el sistema del péndulo. El último militar asesinado por ETA en la capital de España fue el teniente coronel José Martínez, ametrallado en 1989 en la glorieta de Atocha. Nada más conocer el atentado, la policía puso en marcha la Operación Jaula, con controles en los accesos a la ciudad.

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Condena unánime por el atentado

La explosión, que tuvo lugar frente al número 115 de la calle del General Romero Basart, en el barrio madrileño de Aluche, hirió también a cuatro adolescentes que esperaban en la para da del autobús número 34. Dos de ellas, Elena Navarro e Isabel Calle Moreno, ambas de 15 años, sufren fracturas en las piernas, producto de impactos de metralla, y están ingresadas en el hospital Doce de Octubre. Las otras dos fueron dadas de alta poco después del atentado. " Ví un hongo, como si fuera una bomba atómica. El coche pegó un salto y se detuvo un poco más lejos entre el humo". Así percibió lo ocurrido un guardia, conductor del coche 266, un Talbot Horizón de la Policía Municipal, que presenció la explosión y dio aviso del atentado Los policías comprobaron la muerte del militar y cubrieron su cadáver con una manta.

Milagros García, de 24 años, que vive en el número 72 de la calle del General Romero Basart estaba en la cama a la hora del atentado. "Eran las 8.32 y el estruendo fue terrible. Inmediata mente me asomé a la ventana y vi el coche azul destrozado. Sabía que alguien había muerto por que se veía una pantorrilla ensangrentada. De un Renault-18 blanco, que estaba en doble fila, salió una mujer. Corrió a la acera, donde estaba su madre, y se abrazó a ella. Las dos se pusie on de rodillas y dijeron "Dios mío, Dios mío".

Como consecuencia de la explosión, el techo del Mercedes se abrió hacia arriba como una lata de sardinas, y el capó también saltó. El cuerpo del militar quedó destrozado.

El teniente Aguilar había cogido su coche, estacionado durante toda la noche frente a su domicilio, en la calle de San Pablo número 3, para ir a su trabajo) como cartógrafo en la base aérea de Cuatro Vientos. El lugar de la explosión se encuentra a un kilómetro de su domicilio, y en su recorrido, el militar pasó junto a dos colegios. Los niños iban en ese momento a clase.

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Sistema del péndulo

El hecho de que el teniente recorriera un kilómetro hasta que el artefacto hizo explosión ha hecho pensar a los artificieros que la bomba fue activada por el sistema del péndulo, que por otro lado está volviendo a ser utilizado de nuevo por ETA. Las mismas fuentes calculan que el ingenio pudo estar compuesto por dos kilogramos de amosal.

El teniente Enrique Aguilar natural de Palencia, estaba casado y tenía dos hijos, Enrique, de 19 años, que hace la mili como voluntario en la Policía Militar del Aire, en la base de Torrejón de Ardoz, y Arturo, de 17, que trabaja en una zapatería de la ca11,e de Goya. Una tercera hija Susana, murio5 el año pasado víctima de leucemia.

El teniente Aguilar, que acababa de ser ascendido, estuvo destinado en Canarias, pero la familia regresó a la Península hace tres años para atender lo mejor posible la enfermedad de su hija. Desde entonces, vivían en la colonia de Aviación, en el barrio de Aluche, una zona dé viviendas de suboficiales del Ejército del Aire que en su mayoría trabajan en Cuatro Vientos.Una de ellas afirmó: "Qué pena, ahora que empezaban a levantar cabeza después de la muerte de su hija".

Los vecinos que tenían el coche estacionado en la misma plazuela que el teniente asesinado revisaban los bajos de sus vehículos. "Aquí no hay generales, todo lo más algún teniente y como mucho un capitán", afirmaba uno de ellos. "Suele haber un vigilante del Patronato de Casas del Aire, pero no por la noche. Además, es un hombre mayor que poco puede hacer", aseguraba otra de las vecinas, que apuntaba que los terroristas conocían las costumbres de Enrique Aguilar y que al saber que iba a su trabajo, pretendían meter la bom- ba en las instalaciones militares y que hiciera explosión allí.

La policía montó un dispositivo denominado Operación Jaula para intentar detener a los autores del atentado. En los primeros momentos se buscaba un coche sospechoso que circulaba por las inmediaciones y cuya matrícula no correspondía con el modelo de automóvil. Se trataba de un Renault- 11 blanco, matrícula BI-518 1 -AL. Sin embargo, y teniendo en cuenta el procedimiento utilizado por los terroristas, parece poco probable que ese dato pueda conducir hasta los autores del atentado.

Sobre las 19.30, unas 4.000 personas se manifestaron por las calles del barrio en repulsa por el atentado, convocados por la Asociación de Vecinos de las Águilas. La marcha concluyó en el lugar del atentado. Pasadas las cinco de la tarde, fue instalada en el Hospital de Aire la capilla ardiente con los restos mortales del militar asesinado.

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