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Un país fiel, pero menos que antes

¿Cuántos días va a estar el Papa el Polonia?", preguntó recientemente una joven varsoviana a su compañera de trabajo. "¡Nueve días!", exclamó al oír la respuesta. "Pero, por Dios, ¿tantos?". Esta reacción, que denota tanto el desinterés como cierta aversión, habría sido impensable todavía hace cuatro años, sin mencionar ya los anteriores peregrinajes del papa Wojtyla a Polonia, cuando cada palabra, cada gesto del Pontífice, era interpretado y reinterpretado mil veces para exprimirle todo el contenido anticomunista posible.Ahora, a 12 años de la primera histórica peregrinación, el enemigo común, la bestia roja del comunismo, ha desaparecido, dejando a los polacos una d1ficil libertad que se llena a diario con la amargura de los problemas económicos. La Iglesia, por su parte, ha dejado de ser el único refugio para los luchadores contra el régimen autoritario.

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La reacción de los polacos ante la ofensiva de la Iglesia católica es la cada vez mayor oposiciófi a la clericafliación de la vida pública. Conforme con los últimos sondeos, el 74% de los polacos considera que la influencia de la Iglesia en la vida política es "excesiva". Sólo el 21% afirma que esta influencia es "adecuada". Apenas un 60% de los polacos sostiene que las actividades de la Iglesia católica sirven bien a la sociedad, mientras que hace dos años, en el ocaso del comunismo, este porcentaje se elevaba al 77% de la población.

En estas opiniones negativas para la Iglesia influyeron, indudablemente, las recientes luchas del episcopado de Polonia por implantar una severa legislación antiabortista, considerada como un obsequio para el papa Juan Pablo II en su cuarto peregrinaje a la tierra patria.' El proceso legislativo antiabortista se paralizó, quedándose el Papa sin el regalo, pero el problema sigue vivo.

Párrocos intransigentes

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Muchos de ellos se quejan también de la intransigencia de los curas en los confesonarios en cuanto al uso de los anticonceptivos. Muchos ginecólogos coinciden en que, antes de la Semana Santa, una avalancha de mujeres deseosas de deshacerse de su DIU habían llenado sus gabinetes para poder confesarse luego tranquilamente con su párroco.

Los resultados de las encuestas son contundentes. El 81% de los polacos n lega a la Iglesia el derecho a intervenir en la cuestión de los anúconceptivos, el 71% opina lo mismo con relación al aborto. Los polacos son también mayoritariamente contrarios a la injerencia de la Iglesia en asuntos como la vida extraconyugal y el divorcio. Dos tercios de la población se oponen a las subvenciones estatales.

Polonia semper fidelis fue durante siglos el lema de los católicos polacos. Durante el cuarto peregrinaje del papa Juan Pablo 11 a Polonia, sus compatriotas seguramente harán una vez más gala de esta Fidelidad a la madre Iglesia y acudirán masivamente a los actos religiosos. Pero será más que nunca un acto de obediencia que de espontaneidad. Ayer, a la hora de la llegada del Papa a la ciudad Kozalín (norte de Polonia), las calles de Varsovia estaban llenas de gente que no había optado por quedarse en casa para ver la retransmisión en directo de la bienvenida al Papa.

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