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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

IU y los pactos

EL ÉXITO de Izquierda Unida (IU) en las pasadas elecciones ha sido doble: ampliar su implantación geográfica a zonas en las que el PCE nunca estuvo representado y colocarse en una posición estratégica que le permite influir de manera efectiva -por acción u omisión- en el gobierno de buen número de ayuntamientos y de alguna comunidad autónoma. El primer dato es al cien por cien positivo para IU, pero que lo sea el segundo está todavía por ver. Dependerá del acierto con que la fuerza que preside Anguita -un líder que se va consolidando y ya no aparece como coyuntural- se mueva en el lugar ventajoso en que le han situado la coyuntura política y las matemáticas electorales y de si su estrategia ante los pactos poselectorales consigue, o no, sintonizar con las aspiraciones de sus votantes.Los resultados de IU en estas elecciones hacen perceptible -con mayor nitidez que en las generales de octubre de 1989- que esta fuerza política nacida principalmente del PCE empieza a tener personalidad propia. Su representación ha descendido en algunos feudos del comunismo histórico, pero la aumenta o la logra por primera vez en zonas de las que aquél ha estado excluido siempre. Lo cual parece indicar que IU, al dejar de identificarse con el perfil tradicional del electorado comunista, comienza a ser percibida como un partido de nueva planta, sensible a las nuevas aspiraciones y reivindicaciones sociales y capaz dereafirmarse como una opción de izquierdas diferenciada - y no por definición opuesta- de la socialista.

El número de votos obtenidos por IU el 26 de mayo -un total de 1.578.361, lo que supone 366.000 más que en las elecciones locales de 1987- muestra la sólida base electoral en que se asienta esta opción de izquierdas, a pesar de los efectos del fracaso del socialismo real y de no haber roto todavía el techo de los 2.140.000 votos logrados por el PCE en las primeras elecciones democráticas municipales. Que se consolide o no en el futuro depende, en gran medida, de la forma con que IU resuelva el dificil reto que se le presenta en el periodo poselectoral. El margen de maniobra es estrecho: a su electorado le sería difícilmente comprensible una actitud política de corte numantino o testimonial que diera a la derecha la llave del gobierno en ayuntamientos y comunidades, pero tampoco vería con buenos ojos una colaboración con el PSOE que pusiera en riesgo los contenidos de su proyecto político. Un dilema nada fácil de resolver y que servirá para saber cuál la solidez ideológica y organizativa alcanzadas por IU en estos años.

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