La URSS aprueba la existencia de empresas con todo el capital extranjero
El Parlamento de la URSS aprobó ayer en primera lectura la ley sobre inversiones extranjeras, que permite el funcionamiento de empresas con capital exclusivamente extranjero. Hasta el momento, en territorio soviético sólo podían funcionar empresas mixtas, en la que la mayor parte del capital debía ser soviético. El primer ministro Valentín Pávlov dijo al presentar el proyecto de ley que el atraer capitales extranjeros a la economía soviética es "un curso estratégico, que debe contribuir a la integración del país en la comunidad mundial".
"Las inversiones extranjeras podrían desempeñar un importante papel en la reforma estructural de la economía soviética y, particularmente, en su desmilitarización", subrayó Pávlov. Para modernizar la industria, según el primer ministro, se necesitan 500.000 millones de rublos (unos 75 billones de pesetas al cambio oficial) y urgentemente se requieren 50.000 millones de rublos (7,5 billones de pesetas) para remplazar equipos obsoletos.La nueva ley, además de permitir el funcionamiento de empresas exclusivamente extranjeras, protege a las inversiones extranjeras de posibles cambios legislativos, y de ser nacionalizadas; garantiza la exportación de las ganancias en divisas y el uso en el mercado interno de los beneficios en rublos. Pávlov recalcó que se permite a las empresas con inversiones extranjeras exportar e importar sin licencias y las libera de los aranceles de importación y de los impuestos de exportación. La ley también permite dar en cocesión la explotación de recursos naturales.
Sin protestas
Esta vez en el Parlamento casi no se oyeron las habituales protestas de los contrarios a la "capitalización" de la URSS, que desean evitar "la venta del país" a los extranjeros. Yuri Blojín, líder del grupo conservador Soyuz, apoyó el proyecto de ley y Alexéi Boiko, otro miembro de este grupo, aseguró que "todos los países civilizados compiten por atraer inversionistas extranjeras".La única voz que se oyó en contra de la nueva ley fue el jefe del Partido Comunista de Bielorrusia, Yefrem Sokolov. La aprobación de la ley, dijo, conducirá a la total desintegración del país y a su transformación en una colonia o semicolonia". La ley permite a los extranjeros "construir todo, comprar todo y echar a quien les parezca", señaló Sokolov.
El resultado de la votación demostró, sin embargo, que son pocos los que comparten los temores del dirigente comunista. La ley fue aprobada por 291 votos a favor, 11 en contra y 21 abstenciones.
Por otra parte, el ministro de Exteriores de la URSS, Alexandr Besmértnij llega hoy a Italia, donde tratará de conseguir el apoyo de este país para que Los siete inviten al presidente Gorbachov a la reunión que se celebrará en Londres en julio y para que Occidente conceda a la URSS los 100.000 millones de dólares (unos 10 billones de pesetas) que los soviéticos piden para salir de la crisis.
Yevgueni Primakov, enviado personal de Gorbachov, y el viceprimer ministro VIadímir Shcherbakov están en estos momentos en EE UU con una misión similar, mientras que el economista Grigori Yablinski continúa en Harvard elaborando con especialistas norteamericanos una especie de plan Marshall para la URSS.
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