El PSOE pierde Madrid, Sevilla y Valencia deberá pactar con IU en otras grandes ciudades
El partido socialista sufrió ayer un correctivo electoral en Madrid, Sevilla -dos de las ciudades del 92- y Valencia, mientras lograba conservar las alcaldías de Barcelona, Zaragoza y Valladolid con el apoyo de Izquierda Unida, que Julio Anguita sólo está dispuesto a negociar con fuertes contrapartidas. Pasqual Maragall podrá inaugurar los Juegos Olímpicos de Barcelona, mientras el socialista Luis Yáñez tiene escasas posibilidades de hacerlo con la Expo de Sevilla tras el éxito electoral del andalucista Alejandro Rojas Marcos, aunque debe negociar un dificil acuerdo con Soledad Becerril. El Partido Popular alcanzó la mayoría absoluta en Madrid, mientras Izquierda Unida obtenía un crecimiento importante, que le convierte de hecho en la fuerza decisoria para formar mayorías en ayuntamientos comunidades autónomas. El CDS queda prácticamente borrado del mapa político. Su presidente, Adolfo Suárez, ha sido la primera baja provocada por la jornada electoral.
El PSOE sigue siendo el partido más votado del país en términos generales. Mantendrá en su poder más de la mitad de las capitales de provincia y en las elecciones autonómicas obtiene el primer lugar en nueve Parlamentos, aunque sólo alcanza mayoría absoluta en tres de ellos: Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia. En coalición podría gobernar en Asturias, Canarias, Cantabria, Valencia y Madrid. En este último caso es probable que el socialista Joaquín Leguina pueda repetir Gobierno con el apoyo de Izquierda Unida.En Navarra cede la posición de partido más votado a favor del PP que también le supera en Castilla y León y Baleares. La situación es más fluida en Aragón y La Rioja, donde todo queda en manos de los regionalistas. Las planas mayores de los partidos políticos apuntaron ya ayer que las negociaciones serán largas complicadas.
La Junta Electoral Central dictaminó ayer, a petición de Izquierda Unida, que el Gobierno debía hacer públicos los resultados del escrutinio a medida que llegaban a su poder, corrigiendo así la decisión de rnantenerlos en reserva hasta que se hubiera contabilizado el 25%. El ministro del Interior, José Luis Corcuera, rechazó esta interpretación. Lejos de cumplir el dictamen, el ministro no compareció ante la prensa hasta tener escrutado más del 50% de los votos.
La jornada transcurrió con absoluta normalidad. El índice de participación fue del 62%, siete puntos menos que en 1987.
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