_
_
_
_

Conmoción en la audiencia

José Amedo, de 45 años, apareció en la Audiencia de Bilbao como si el tiempo pasara más rápidamente para él. Desde su ingreso en prisión el 13 de julio de 1988 ha encanecido mucho, su calvicie ha aumentado y la expresión crispada parece no abandonarle nunca. A, las preguntas de los periodistas, encaramados sobre los bancos para hacerse oir por encima del pétreo cordón policial, sólo contestó tres palabras: "Nada que decir".Rodeado desde la puerta noble de la Audiencia por dos docenas de compañeros de profesión de paisano, Amedo fue conducido casi en volandas. La nube de informadores y cámaras, más numerosa y espesa que nunca, fue perforada con contundencia.

Al salir, a las 11.30, la inestable convivencia en un espacio cerrado entre informadores y servidores del orden saltó en pedazos. Policías uniformados apostados en la calle se abalanzaron sobre fotógrafos y cámaras de televisión, porra en mano, y trataron de que se apartaran a golpes y empujones. Para referirse a las víctimas los agentes emplearon profusamente el término "hijos de puta". 22 informadores presentaron de inmediato una denuncia en el juzgado de guardia.

Más información
Amedo declara en Bilbao y niega conocer a los sospechosos del asesinato de Brouard
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_