La droga, en campaña
¡Sorprendente el descubrimiento que todos los partidos políticos están haciendo del problema de la drogodependencia durante la campaña electoral! De repente, le dedican debates parlamentarios, prometen recursos y soluciones, y algunos hasta plantean que las migas de los presupuestos generales del Estado que sobran de las guerras, centenarios y familias de nuestros políticos se dediquen a fines tan loables como el de aparcar autobuses de información cerca de los puntos de venta de droga, para que nuestros muchachos-as tengan la posibilidad, por lo menos, de informarse. ¿De qué?¿De que las instituciones (in)competentes siguen sin ofrecer auténticos y suficientes recursos de prevención, desintoxicación y reinserción? ¿De que los muchos miles de toxicómanos madrileños tienen a su disposición nada menos que 20 plazas de desintoxicación hospitalaria y 22 de rehabilitación en un centro terapéutico de su comunidad" ¿O de que pueden apuntarse, si no, a la divertida lista de espera de varios meses que les propone su Ayuntamiento para ingresar en algún centro concertado?
¿De que en la cárcel, en vez de la reinserción, van a encontrar, entre otras formas de destrucción, más droga, hepatitis, sida, hacinamiento e incumplimiento del derecho al trabajo remunerado y a la Seguridad Social consagrados en la Constitución y en el reglamento penitenciario?
¿De que ellos van a tener que penar sus acciones, pero los responsables de estas situaciones
Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior
contrarias a la ley no van a tener que hacerlo? ¿De que si se rehabilitan, quizá al cabo de varios años de rehechas sus vidas van a tener que enfrentarse, gracias al funcionamiento del Ministerio de Justicia, a viejas condenas?
¿De que nuestras autoridades siguen desahuciando sin dar al ternativas a cientos de niños y jóvenes que, con sus familias deben enfrentarse al oscuro porvenir de la calle? ¿De que no hacen nada (positivo, claro) por los cientos de niños y jóvenes drogodepen dientes y sin hogar -alguno de ellos subnormal- que duermen en el pasadizo de la plaza de España, Rosales y en las zonas de Méndez Alvaro, Atocha, Tirso de Molina, etcétera? ¿De que los centros de menores y de educa ción compensatoria siguen sin dar abasto para las decenas de miles de niños y jóvenes maltra tados, violados, explotados, abandonados y marginados que hay en este país?
¿De que los centros de asistencia psiquiátrica pública están tan colapsados que lo más que hacen a los jóvenes mentalmente deteriorados por efectos de algu na droga es empastillarles unos días y echarles de nuevo a la calle?
La enumeración de acciones y de omisiones culpables de la Administración y de los políticos podría continuar, igual que continuaría la de los sufrimientos de sus víctimas y familias. Que sepan, al menos, que con sólo promesas electorales no convencen a nadie. ¡Que incluyan una cláusula de cumplimiento obligado en su programa!- secretaria de Madres Unidas Contra la Droga.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.