Miles de ciudadanos presentan excusas para no ser presidente o vocal de mesa electoral
Entre 100 y 500 madrileños presentan cada día, desde el pasado 6 de mayo, diferentes excusas y justificaciones para no acudir el próximo domingo como vocales o presidentes a cualquiera de las más de 3.400 mesas electorales de la capital, según la Junta Electoral de Zona. El 26 de mayo, cerca de 7.500 personas dedicarán casi 17 horas a cumplir la obligación de control de la votación en sus mesas respectivas, por lo que recibirán una remuneración de 7.600 pesetas.
La oficina de presentación de excusas abre sus puertas a las nueve de la mañana y comienza el desfile de justificaciones. Las razones de salud, los viajes acreditados o la condición de miembro de las Fuerzas Armadas son los argumentos con más posibilidades de éxito para evitar la mesa electoral.La gente presenta excusas de lo más variado. "Mi hija es bailaora de flamenco. Tiene 19 años y con su primer contrato se ha ido a Japón, de donde no vuelve hasta noviembre", dice la madre de una suplente de vocal en una mesa de Usera.
Justificante del Príncipe
Este año, la Casa Real remitió un justificante de excusa para el príncipe Felipe, que había sido citado en una mesa de El Pardo. "No puede ser elegido", explica Palma Pinto, coordinadora de la junta de zona. Un hombre de 47 años que trabaja en una hidroeléctrica de Lugo asegura que no puede venir el domingo a Madrid, aunque ha pedido permiso para presentar la excusa en día laborable. "Me enteré de que tenía que ser presidente de mesa por que vine de casualidad por unos asuntos. Así que me he te nido que quedar también hoy", explica. Un poco más atrás en la cola que a veces se forma en la primera planta del número 45 de la calle de Zurbano, donde está la junta. otra vocal trae su argumento dormida en un coche cito de bebé. Es una niña regordeta de ocho meses, cuya madre ya tuvo que asistir como vocal a una mesa en las pasadas elecciones legislativas en octubre de 1989.
"Estuve desde las nueve de la mañana hasta las dos de la madrugada. Ahora no puedo estar tantas horas fuera de casa por la niña. De todas formas, con todos los que somos podían coger a alguien que no haya estado nunca en una mesa", dice esta madre de 33 años, citada en una mesa de Vallecas. Sin embargo, como confirma Palma Pinto, ha sido pura casualidad. "Me ha escrito un hombre que ha salido cinco veces seguidas. Pero todo se hace por sorteo, es, aleatorio. Cuando sorteamos, repartimos los nombramientos en tres tiradas para sustituir automáticamente a los que resalten excusados".
Muchas de las personas que esperan para presentar alegaciones lo hacen en nombre de familiares o amigos que no pueden acudir. "A mi mujer le acaban de operar y está convaleciente", dice un hombre de 50 años que vive en Batán. A su lado, un jubilado prepara los papeles de su hijo, de 26 años, empleado de la construcción que trabaja en Cataluña. "Aunque le den permiso en la empresa se tiene que pagar el viaje. Si le eximen de venir, mejor", explica. Hasta por mensajero llegan las excusas.
Los que no tienen nada que hacer, según explica la coordinadora de la junta, son los testigos de Jehová. "Presentan razones de conciencia para no acudir a cumplir un deber obligatorio para todos los ciudadanos en una democracia, y nos parece inaceptable".
El resto de los casos, como el de una guapa azafata de 24 años que ese día estará volando hacia Madrid desde Viena, son estudiados cada día por los miembros de la junta de zona y tramitados por las 21 secretarias encargadas de los correspondientes distritos.
Una empresa privada se encargará poco después de comunicar a los afectados si el día de las elecciones pueden quedarse en su casa o se buscan una multa de 30.000 a, 300.000 pesetas si no aparecen por la mesa.
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