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El capricho

El hombre de Estado prepara la próxima generación. El hombre político, la próxima elección. Mitterrand, homo politicus por excelencia, tiene ya la mirada clavada en el plazo de las legislativas de 1993. Y espera no tener que volver a conocer una nueva cohabitación. Por ello, Mitterrand está convencido de que sólo le queda un medio: dar un nuevo impulso a la política gubernamental. ( ... ) Esto explica la llegada de Edith Cresson a Matignon. ¿Bien hecho? Los aduladores del presidente ( ... ) después de la nominación de Cresson han exclamado todos a la vez: "¡Bravo, artista!". Tras haber dado a Francia su primer ministro más joven ( ... ), el presidente ha decidido sorprender de nuevo al país instalando en Matignon a la primera mujer. Es nuevo y, electoralmente, puede ser fructífero (...)¿Sabrá Cresson imponerse? Los obstáculos que tiene ante sí son considerables. En primer lugar, no tiene una política de recambio creíble. Si da rienda suelta a sus nostalgias estatistas, se acabarán las buenas maneras de los centristas y será rápidamente desestabilizada en la Asamblea Nacional. Además sustituye a Rocard. ( ... ) Hombre dialogante y metódico, había comenzado grandes obras, como la renovación del sector público, y ha reformado el país con pequeños toques. ( ... ) En fin, Cresson tiene que hacer frente a un malestar político y un clima de fin de reino sobre un fondo de escándalos y de desviación monárquica.

16 de mayo

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