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Seis meses de prisión menor a Gil por calumnias a Mendoza

El Tribunal Supremo condenó ayer a Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid, a seis meses y un día de prisión menor, una multa de 100.000 pesetas y una indemnización de un millón de pesetas a Ramón Mendoza, máximo dirigente del Real Madrid, por un delito de difamación, según informó Antena 3 Radio. Gil acusó a Mendoza y a Manuel Fernández Trigo, gerente del Real Madrid, de ser los incitadores del asalto que sufrió su finca de Valdeolivas (Ávila) en otoño de 1987. El Tribunal Supremo estima de esta manera el recurso presentado por Mendoza tras la sentencia absolutoria de la Sala Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid.Jesús Gil declaró el día 2 de febrero de 1990 que Ramón Mendoza fue el inductor e instigador del robo cometido en su finca de Valdeolivas, en las proximidades de Arenas de San Pedro (Ávila). En sus manifestaciones, el presidente del Atlético de Madrid señaló a Manuel Fernández Trigo como lugarteniente de Mendoza en todo el asunto.

"La forma de actuar del presidente y del gerente Manuel Fernández Trigo son tácticas similares a las utilizadas por la KGB", indicó el mandatario rojiblanco, que añadió: "Primero se sienten ultrajados y luego alertan a los ultra sur, que actúan en consecuencia. La forma de proceder del Real Madrid es de Uganda, como si Mendoza fuera Idi Amin. No me cabe duda alguna de que todo esto estaba perfectamente planificado".

Jamones robados

Gil explicó entonces que varias personas forzaron las cerraduras con palanquetas e irrumpieron en la casa. "Tan sólo se llevaron cuatro jamones, y destrozaron todo lo que pudieron, aunque afortunadamente no han hecho ningún daño a los caballos", dijo. "Me temía algo parecido cuando se propagó el rumor hace unos días de que los ultra sur estaban dispuestos a quemarme la furgoneta Chevrolet que me regalaron mis socios ingleses, pero no me podía imaginar que actuaran con tanta premeditación".

Mendoza consideró injuriosas estas manifestaciones y presentó una querella contra Gil. La vista judicial se celebró el 22 de marzo de 1990, en medio de una gran expectación. Decenas de periodistas cubrieron el juicio, que tuvo a Gil como estrella destacada. Mendoza declaró como testigo a petición de los abogados defensores del Atlético.

La fiscal del caso, María Victoria Cáceres pidió para Gil una condena de seis meses y un día de arresto menor, una multa de 100.000 pesetas por el delito de calumnias y de 60.000 pesetas por el de injurias. Los abogados del Real Madrid solicitaron dos años de destierro y 200.000 pesetas por injurias para el presidente del Atlético, y dos años de prisión menor y 200.000 pesetas de multa por calumnias. La Audiencia Provincial absolvió a Gil de las acusaciones presentadas. "Ha triunfado la libertad de expresión", declaró tras conocer la sentencia.

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