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La cota máxima del odio

Los muertos de Borovo Selo son la lógica consecuencia de una estrategia de tensión interétnica fomentada por la dirección serbia del neocomunista Slobodan Milosevic. A corto plazo, el objetivo es impedir que el eroata Stipe Mesic acceda a la jefatura de la presidencia colectiva yugoslava el día 15 de este mes.A medio plazo, Milosevic sólo da dos opciones a la fracasada federación que es hoy Yugoslavia. Éstas son la unidad bajo la hegemonía de una Serbia dirigida por él o la conquista por Serbia de territorios poblados por serbios en otras repúblicas, lo que supondría la guerra civil. La primera opción es inviable por la oposición de todos los demás pueblos vugoslavos, la guerra civil parece cada vez más probable. En marzo, Milosevic intentó implicar al Ejército en su estrategia y forzarlo a implantar el estado de excepción. Fracasó, pero nadie dudaba de que habría nuevos intentos de impedir la rotación constitucional en la jefatura del Estado.

Milosevic cuenta con el potencial desestabilizador de la minoría serbia en Croacia, manipulada por sus agentes y agitada por la inmoderada retórica nacionalista croata. El odio entre serbios y eroatas causó centenares de miles de muertos en la II Guerra Mundial. El odio ha vuelto a su cota máxima. El día 12, los serbios de la región croata de Krajina quieren decidir su anexión a Serbia. El presidente croata, Franjo Tudjman, ha llamado a la "defensa de cada palmo de la patna croata".

Puede que se pronuncie el Ejército, dirigido por comunistas en su mayoría serbios. No ha sido ajeno al suministro de armas a la milicia serbia. El marido del Ejército está en manos del general Blagoje Adzic por enfermedad del ministro de Defensa, Veljko Kadijevic. Esto agrava la situación. Adzic, serbio riacido en Croacia. es un comunista que ve en el gobierno conservador croata y en el candidato a jefe del estado, Mesie, meros sucesores de los ustashas (fascistas croatas) que en la guerra mataron a 38 familiares suyos

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