España cree que EE UU ha advertido a Argel que no fabrique armas atómicas
Los ministerios españoles de Asuntos Exteriores y de Defensa sospechan que la reciente filtración a la prensa occidental de informaciones relativas a la intención de Argelia de dotarse, gracias a la cooperación con China, de armamento nuclear constituye una advertencia indirecta de la Administración norteamericana a Pekín y a ese país magrebí, del que no se tiene constancia que haya dado aún pasos en esa dirección, pero que sí está reexaminando su política defensiva, según indicanfuentes diplomáticas.
Primero, el 11 de abril, el diario estadounidense The Washington Times, y después, el domingo pasado, el semanario británico The Sunday Times, revelaron que, con la ayuda de China, Argel desarolla un programa de fabricación de armas atómicas.
Sus pilares son dos centrales nucleares, una llamada Nur, situada en Draria, en la costa cerca de Argel, de un megavatio de potencia y adquirida a Argentina, y la otra de tecnología china, en construcción en Ain Usera, a 260 kilómetros al sur de la capital. Por acercarse a esa zona prohibida, el agregado militar británico William Cross fue expulsado de Argelia el 10 de abril.
Preguntado al respecto, Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, afirmó conocer que China proporciona ayuda a Argelia en materia nuclear, pero añadió también que no hay razones para pensar que la colaboración abarque la puesta a punto de armamento atómico. Reconoció, sin embargo, que en anteriores ocasiones EE UU comunicó a Pekín su "inquietud a propósito de la proliferación nuclear".
Tanto el Ministerio de Exteriores argelino como el chino reaccionaron, también a finales de abril, subrayando en sendos cornunicados que su cooperación es meramentepacífica, mientras la Agencia Internacional de Energía Atómica indicaba, por su parte, en Viena, estar al corriente de la construcción de nuevas instalaciones en Argelia. La agencia precisó, sin embargo, que ignoraba cuál iba a ser su utilización.
Funcionarios españoles dedicados al seguimiento de asuntos norteafricanos reconocen haber detectado la tendencia de Argelia a replantearse, por lo menos en teoría, su política de defensa a raíz de la crisis del Golfo. El presidente argelino, Chadli Benyedid, inauguró el 25 de noviembre en Argel un seminarío a puerta cerrada sobre seguridad en el oeste del Mediterráneo, al que asistieron civiles y militares de los cinco países magrebíes.
En su discurso, Benyedid recalcó en sustancia que, tras el hundimiento del bloque socialista, los occidentales carecían de enemigo en el Este, pero se habían buscado uno en el Sur, como ponía de relieve el acoso a Irak. El Sur árabe debía, en consecuencia, reaccionar modificando su defensa para incrementar su capacidad de disuasión.
Preocupación en Marruecos
La frase fue interpretrada por algunos como una velada alusión a la necesidad de dotarse de armas capaces de hacer desistir a los occidentales de cualquier agresión contra los árabes. Los servicios de espionaje occidentales se volcaron, sin éxito, en intentar conseguir las actas del seminario.Curiosamente, fue en Marruecos donde primero se expresó la preocupación ante tales propósitos. El diario comunista, Al Bayan, publicó poco después un editorial en el que ponía en guardia contra los riesgos que conllevaría la introducción de armas nucleares en el Magreb.
En Madrid se insiste en que ningún dato avala hasta el momento las revelaciones de la prensa anglosajona.
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