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La peseta como coartada

Francia no acepta que una moneda como la peseta tenga la llave del sistema monetario

Andreu Missé

¿Puede la peseta condicionar la política económica francesa? ¿Es creíble que los tipos de interés en Francia sean equivalentes a los de Alemania? o, mejor dicho, ¿acaso el franco francés ofrece la misma seguridad que el marco? Estas preguntas o similares son las que estos días se están planteando con cierto asombro muchos observadores a raíz de las recientes críticas del ministro de Economía galo, Pierre Bérégovoy. El ministro francés criticó agriamente los elevados tipos de interés en España, que, en su opinión, eran los causantes de las tensiones del Sistema Monetario Europeo (SME).

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Un marco de actuación

Los expertos son reacios a conceder una influencia tan decisiva a la divisa española y más bien sospechan que en esta ocasión la peseta ha sido utilizado como coartada para encubrir el problema de fondo: la debilidad del franco frente al marco. Franco y marco son dos monedas sujetas al mismo tipo de interés pero a las que el mercado no da la misma confianza. Pero lo realmente paradójico es que una moneda de una economía menos desarrollada como la española tenga la llave del sistema monetario europeo. Y esto no es fácil de aceptar por los franceses.Lo que venía a decir Bérégovoy es que si España no bajaba los tipos de interés, ellos tampoco podrían bajar los suyos, lo cual les dejaba en una situación muy difícil para reanimar su economía.

Es cierto que la peseta se situó en la parte alta de la banda del SME, al mantener los tipos de interés más elevados, lo cual atraía importantes flujos de capitales. Y también que al haber un límite máximo de separación de las monedas dentro de la banda, la posición de unas condiciona las demás. Así, si la peseta y el franco se encuentran en los límites opuestos de la banda su margen de maniobra es mínimo y ninguna podrá moverse sin contar con el otro. (En el caso de la peseta su límite de oscilación es del 6%).

Ello significa que si el franco está en la parta baja de la banda, ya no puede bajar más sus tipos de interés -ya que ello supondría una depreciación- sin incurrir en el risgo de salirse por abajo. Pero si consigue que la peseta rebaje sus tipos y, por tanto, se deprecie, el franco ganaría un margen que le permitiría aplicar un recorte a su vez.

Sin embargo, esto sólo explica una parte de la cuestión, pero no explica otro: el porqué el franco está depreciado frente al marco. Y en este caso el campo de maniobra es mucho menor ya que el la oscilación permitida a estas monedas es sólo del 2,2%.

Trato fiscal

Aparentemente, los problemas empezaron a principios de año en que la peseta inició una fuerte recuperación. La causa estaba en un decreto de finales de 1990, que suprimió las retenciones fiscales de no residentes en sus compras de bonos del Estado. Ello significó que sólo en los cuatro primeros meses de este año entraran en España 1.600.000 millones de pesetas procedentes del exterior para comprar bonos. Una cantidad muy superior a los 600.000 millones registrados en todo el año anterior.Esta avalancha de órdenes de compra de divisas españolas provocó forzosamente una apreciación de la peseta. La situación más extrema se produjo frente al franco lo que obligó a una intervención de los bancos de Francia y España a principios de marzo para corregir la situación.

Pero la cuestión que sigue despertando incertidumbre es la relación franco / marco. Todo el mundo está anticipando que es más probable que suban los tipos de interés en Alemania y bajen en Francia. Es decir, según los expertos si en el sistema no estuviera la peseta, el problema de verdad aparecería entre el franco y el marco. El franco cae ante el marco, pero lo que ocurre es que tropieza antes con la peseta.

Entonces, ¿dónde está el problema entre el franco y el marco? Lo que está ocurriendo en los últimos meses es que mientras Alemania ha ido aumentando paulatinamente los tipos de interés, Francia los ha reducido. Los alemanes temen que la unificación y la próxima negociación colectiva provoque un mayor gasto público y que ello desate la inflación, un tabú en Alemania desde los años 30. Francia, por el contrario, amenazada por la recesión ha ido reduciendo el precio del dinero.

Ello ha conducido a que en la actualidad los tipos de interés de ambos países sean iguales. Significaría que ambas monedas tendrían la misma tasa de inflación, y en realidad, aunque los precios franceses (3,5%) son hoy ligeramente más altos que los alemanes (2,7%), los inversores estiman que a finales de año esta situación se habrá invertido. Con todo el problema esencial es que Alemania crecerá mucho más deprisa dada la expansión de la demanda interna mientras que Francia está paralizada.

Memoria histórica

Esta realidad es intuida por el mercado. La memoria histórica de los inversores de estos últimos años sigue jugando a favor de Alemania y ello explica que el franco no aguante el nivel del marco y se arrastre por la parte baja de la banda.Además como los franceses no cesan de anunciar su propósito de seguir bajando los tipos, se produce una salida de inversores de esta divisa hacia la libra y la peseta, monedas con más riesgo de inflación pero también más rentables. En definitiva, el mercado distingue todavía entre marcos y francos cuando se trata de seguridad y entre francos y pesetas, coyunturalmente, cuando se trata de rentabilidad.

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