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RELIGIÓN

El liberalismo "contamina profundamente la atmósfera moral", según Suquía

Francesc Valls

El presidente del episcopado, cardenal Angel Suquía, afirmó ayer, en el acto inaugural de la 54º asamblea plenaria de los obispos, que el liberalismo, "en tanto que cultura, contamina profundamente la atmósfera moral del hombre de nuestro tiempo" y, entre otras cosas, "convierte la tolerancia, fruto del respeto a la conciencia y a la libertad de los demás, en relativismo escéptico".

Las críticas de Suquía se centraron en el liberalismo filosófico y cultural, y no fueron tan duras como las vertidas en recientes documentos del episcopado -como el de la moralidad pública o el del aborto-. En ellos se asegura que "la fuerza de los votos ha desplazado los criterios éticos valederos", o que la legalización de la interrupción del embarazo abre las puertas al fantasma totalitario". Sin embargo, la intervención del cardenal tenía un denominador común con el documento sobre la moralidad pública: la pérdida de referentes absolutos. De ellos habló Suquía ayer cuando dijo: "el concepto de libertad propio de la cultura liberal es hipertrofiado, carente de toda referencia a una verdad definitiva sobre el hombre" y que "la libertad separada de la verdad se vuelve contra el hombre".El discurso del presidente tomó como base la centenaria doctrina social de la Iglesia. Suquía criticó al "burdo totalitarismo" del marxismo y al liberalismo, al que nunca se refirió con la expresión capitalismo.

Suquía no hizo descalificaciones globales del liberalismo, al que también acusó de fomentar la "prepotencia de la libertad de los poderosos". Al concluir su intervención, el cardenal afirmó ante los informadores que la Iglesia no quiere impulsar una tercera vía entre liberalismo y marxismo. El presidente de los obispos criticó el "cristianismo ideologizado", es decir, "dejar a Jesucristo para hacer un sistema, una ideología". Suquía matizó que con ello no se refería a las formaciones democristianas, "que acaso están intentando hacer lo que pueden para meter la experiencia cristiana a través de su ideología".

Junto al discurso de Suquía, la asignación tributarla o impuesto religioso será otro de los temas que protagonizará la asamblea plenaria que los obispos celebran desde ayer y hasta el próximo sábado en Madrid. Sobre ese asunto, Suquía aseguró que "el 70% de los cristianos no hace declaración de la renta porque no tiene". El cardenal quiso así contrarrestar, las interpretaciones que vinculan el crecimiento del impuesto religioso al apoyo a la Iglesia de los ciudadanos con más recursos.

Según los resultados de la declaración de la renta de 1989, que se concocieron la pasada semana, la Iglesia católica ha visto crecer sus ingresos en 1.500 millones, aunque el número de deelarantes que ha puesto la cruz en la casilla ha disminuido en un 0,80% respecto a 1988.

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