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La banca manda

El alto endeudamiento de las eléctricas permite a las entidades financieras controlar el sector

Miguel Ángel Noceda

La alta dependencia de las compañías eléctricas privadas de las entidades financieras por el endeudamiento que tienen contraído -3,8 billones de pesetas- permitirá que éstas encuentren el terreno abonado para protagonizar un papel definitivo en la reordenación del sector eléctrico propuesta por el Ministerio de Industria. Las negociaciones sobre la formación de uno o dos grupos privados a partir de Iberduero e Hidrola han entrado en la recta final. Su resultado depende ya de lo que decidan los principales bancos accionistas, Bilbao Vizcaya (BBV) y Banesto.

La mayor parte de los bancos que controlan la gestión de las compañías eléctricas privadas tienen esa situación de predominio sin rebasar el 10% del capital. En concreto, el BBV no supera el 10% en Iberduero y tiene algo más en Sevillana, Banesto sólo tiene el de Hidrola, el Pastor se acerca al 5% de Fenosa. ..Sin embargo, el sector tiene una dependencia absoluta de la banca, con la excepción del grupo público ENDESA, controlado por el Instituto Nacional de Industria. Del total de los 4,2 billones de deuda de las eléctricas, la financiera -una vez descontada la que se debe a la Administración- se sitúa en 3,8 billones De ellos, algo más de 3,3 billones son a largo plazo. Con esto, la banca no necesita tener demasiada participación para controlar.

Por ello, desde que se planteó la reordenación del sector -basada, por un lado, en la separación de los activos de generación no nuclear de las redes de distribución y su agrupamiento en dos o tres unidades empresariales (una de ellas pública) y, por otro, en la creación de una sociedad gestora de los activos nucleares- los bancos han estudiado sus estrategias. Hasta hace poco, únicamente el BBV había mostrado interés. Posteriormente lo han hecho Pastor y Banesto, y es muy posible que esta entidad acabe apostando y haciendo que las negociaciones para crear una sola compañía privada mediante la fusión de Iberduero e Hidrola derive a la constitución de dos encabezadas por esas mismas empresas y en las que tendrían un control efectivo BBV y Banesto

Una vez creadas las empresas sería cuestión de repartir las propiedades, por lo que es previsible que se tenga que realizar un nuevo intercambio de activos con el objetivo de dejarlas equilibradas. Algunas eléctricas, mientras tanto, han rechazado la reordenación y se han hecho un rosario de preguntas: ¿Va a mejorar la reordenación las cuentas de resultados?, ¿vamos a ganar en competitividad?, ,se va a reducir el endeudamiento?, ¿las cargas financieras van a ser menores?, ¿cómo va a quedar la estructura organizativa de las nuevas empresas?, ¿qué va a pasar con los distintos convenios colectivos?, ¿cuál va a ser el coste económico y político de la operación?... Las empresas sostienen que lo mejor para ellas es mantener el modelo vertical (integración de producción y distribución en un sola estructura). Industria está convencida de que la unión de empresas mejora no sólo la competitividad, sino también la solvencia del sector ante su alto endeudamiento. Tal vez por ello ha sabido encontrar a los bancos como interlocutores válidos para encarar la reordenación. Y los bancos saben que su papel será fundamental.

El endeudamiento, sin embargo, anega el sector. En Hidrola, la deuda financiera es de 889.395 millones y su relación con los recursos propios -sin contar la deuda administrativa- es del 169%, según un informe elaborado por la sociedad de bolsa FG. El de Unión Fenosa, que junto a FECSA es la única de las grandes privadas que ha mejorado la relación en los últimos años, es del 181%; el de FECSA, del 171%; el de Sevillana, 168%, y el de Iberduero, 10'7%. Esta relacíón, no obstante, empeora introduciendo la deuda institucional (ver cuadro).

Pero, además, las empresas eléctricas tienen que hacer frente a los costes que han diferido en los últimos ejercicios, y que en las cinco privadas principales supera los 255.000 millones de pesetas. Los costes diferidos, que tendrán que ir amortizando en los próximos años, están permitidos siempre que guarden relación con las inversiones acometidas. Gracias a los diferidos y a las activaciones del ejercicio las compañías eléctricas han conseguido lograr beneficios suficientes para mantener sus dividendos en las cifras tradicionales.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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