Los padres del joven muerto en Villalba de un balazo exigen justicia
Los familiares del joven José Manuel Santarem Ciudad, que falleció por el disparo que presuntamente realizó el guardia civil José María del Río Cárdenas el 7 de abril del año pasado, en Villalba, se quejaron ayer de la lentitud de los tribunales para juzgar al posible autor del disparo. "Los trámites de la justicia van muy lentos y no sabemos nada", dijo ayer la madre del fallecido, María Ciudad Fernández.
En la mañana de ayer, cerca de 100 personas -familiares, amigos y vecinos de Santarem- se manifestaron pacíficamente y en silencio por las calles de Villalba en el primer aniversario de su muerte.La muerte de Santarem se produjo a la salida del pub Joloki de Villalba alrededor de las cinco de la madrugada del día 7 de abril del pasado año. Algunos testigos declararon, en el juzgado de instrucción de Villalba, que Del Río pretendía llevarse con él a la joven Ester Ruiz. Ester era una conocida del grupo de amigos que celebraba la despedida de soltero del fallecido. José Manuel tenía 23 años, iba a contraer matrimonio unas horas después con Rosana García, de 22 años. En un comunicado final, leído por Francisco Javier Santarem, hermano de la víctima, se criticaron las "ridículas sentencias con las que acaban los juicios donde el acusado es un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado". La Asociación de Perjudicados por Actuaciones Delictivas de Miembros de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que firma el escrito, cree que estas sentencias son "ridículas".
Caso similar
A la manifestación asistieron también los familiares de dos jóvenes de Villaverde que sufrieron un caso similar en 1988 y en el que se vio envuelto el guardia civil Alonso Salazar. Uno de los jóvenes, Antonio Felipe Martínez, resultó herido grave y otro, Miguel Angel Rodríguez, murió a causa del disparo. El juicio contra Salazar se iniciará el próximo jueves. La disputa en Villaverde se inició porque el coche de un amigo del fallecido ocupaba parte de la entrada del garaje en donde Salazar tenía arrendada una plaza.
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