Iberduero pide 124 millones a unos vecinos de Aravaca para quitar torres de alta tensión.
La compañía Iberduero ha enviado una carta a los representantes del centenar de vecinos de Osa Mayor de Aravaca en la que les pide el ingreso de 124 millones de pesetas como provisión de fondos para iniciar las obras para quitarles las torres de 220.000 voltios que tienen sobre sus casas. Según el presidente de la asociación, Santiago Rodríguez, esto es "una barbaridad" ya que "la obra debe ser sufragada por la Administración y por Iberduero, y no por los vecinos", dice.
Los vecinos, además de pagar la obra, tendrán que tramitar y gestionar todos los permisos para iniciar el traslado.Los vecinos se sienten indignados ante la respuesta que, según aseguran, han recibido de los responsables del Ayuntamiento de Madrid, quienes les argumentaron que la línea de alta tensión que pasa sobre sus viviendas "no es perjudicial para la salud". El responsable de estas declaraciones, el director de Obras e Infraestructura del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Areito, no respondió a la llamada que este periódico realizó para contrastar la información.
A pesar de las afirmaciones municipales, los vecinos piensan que el alto voltaje que transporta esta línea supone "un alto riesgo para la salud".
"A partir de los 200.000 voltios, el campo magnético produce un alto índice de peligrosidad por las radiaciones que el tendido desprende", aclaran.
Los afectados se sienten discriminados por el trato que están recibiendo respecto a otras Poblaciones de la región y ponen el ejemplo de los municipios de, Alcobendas y de San Sebastián de los Reyes, en donde se ha probado la retirada del cableado que pasa por ellas, "con unos presupuestos que superan los 400 millones de pesetas", dice Rodríguez.
La Asamblea de Madrid aprobó el pasado año una proposición no de ley para el cambio de estas líneas que atraviesan zonas habitadas.
Los vecinos de Aravaca vienen denunciando desde hace dos años el paso de unos 1.000 metros de estos cables, que portan 220.000 voltios, por encima de sus viviendas, y la ubicación de cuatro apoyos o torretas en las calles del barrio. "Dentro de una de estas torretas se encuentra una vivienda habitada por los guardeses de una finca", aseguran los vecinos.
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