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Tribuna
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¡Enhorabuena!

Un reciente estudio médico elaborado en Estados Unidos revela que la aspirina, recomendada hace ya cinco años a los varones como medida preventiva contra los trastornos circulatorios, también es ahora recomendable para las hembras. Pero, a diferencia de los hombres, a las mujeres, leo en el citado informe médico, se les aconseja ingerir un solo comprimido en días alternos y no en continuos.Es decir, que, con la mitad del remedio, la mujer evita toda la enfermedad y llega a esquivar la muerte (o las secuelas de un ataque) consumiendo el 50% del fármaco que necesita el hombre.

Me alegro mucho de los resultados de este informe. Pero a mí no me ha causado la menor sorpresa, pues siempre estuve seguro de que la mujer no es sólo físicamente superior al hombre, sino que también tiene un corazón más duro y resistente que el nuestro. El laboratorio y las pruebas estadísticas lo confirman. Las señoras son, al parecer, un roble cardiaco.

Con media aspirina al día, tensiones en el trabajo, los gritos de los niños y palpitaciones de amor, un macho es muy pronto hombre muerto, mientras que, en igualdad de condiciones, una mujer sigue siendo mujer a efectos de la supervivencia, que son los primordiales. Encima, su longevidad es mayor y se libra de la mili.

¿Cómo no vamos a envidiar su suerte?

Los hombres que no envidian a las mujeres es porque, de un modo u otro, ya son mujeres sin enterarse o las maltratan a conciencia. Pero yo no tengo reparo alguno en decirlo aquí: Eva, ¡qué bien os lo habéis montado!, ¡de una costilla prestada sacasteis un costillar entero y sano! ¡Enhorabuena! Con media aspirina, la mujer salva la vida, y con la otra media, el dolor de cabeza que le produce existir.

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