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El presidente de Telefónica asegura que en 1992 no habrá lista de espera

El presidente de Telefónica, Cándido Velázquez, aseguró ayer que a finales de 1992 desaparecerá el problema de la lista de espera en la solicitud de teléfonos y sólo quedará "algo residual". Cándido Velázquez confirmó la petición de subida media de tarifas este año del 6,5% y añadió que el proceso de liberalización del servicio supondrá que "a los pobres el teléfono les costará más caro y a los ricos más barato".

El presidente de la Compañía Telefónica, en un encuentro organizado por la asociación de periodistas económicos, se mostró abiertamente comprensivo "con las exigencias de calidad en el servicio", pero "probablemente, no nos damos cuenta de lo que se ha avanzado hasta ahora". Hace una década, explicó, "la mitad de los hogares no tenía teléfono, ahora este porcentaje es del 30%", lo que "nos sitúa en el nivel de un país casi desarrollado".El problema de la lista de espera, está, según aseguró Cándido Velázquez, a punto de solucionarse. Desde las 379.000 peticiones de teléfonos pendientes a finales de 1990, se pasará a 250.000 en 1991 y a "una cifra residual" en el año 1992. Este problema se quedará localizado en zonas rurales, donde es muy cara la instalación de una línea, ya que en ciudades como Barcelona no existe lista de espera en la actualidad y en Madrid "está a punto de desaparecer".

En cuanto a la calidad del servicio, Cándido Velázquez afirmó que "ha mejorado notoriamente en las llamadas urbanas", donde se presentan las mayores deficiencias. Sin embargo, "en un servicio de 13 millones de líneas en funcionamiento", añadió, "es lógico que se presenten fallos".

Otra cosa es el coste del servicio, donde el presidente de Telefónica reconoció que e caro en las llamadas internacionales pero que no lo es en las interiores, en comparación con otros países. Explicó que los tres minutos de llamada urbana se cobran a 3,9 pesetas pero a la compañía le cuesta nueve pesetas y "hasta que n cubramos este coste no vamos a parar".

Llamadas más caras

Las llamadas interiores parecen, según las palabras de Cándido Velázquez, condenadas a subir de precio, mientras que en las internacionales y en otros servicios como trasmisión de datos o videoconferencias, tenderán a bajar. El presidente de Telefónica lo explicó gráficamente al señalar que "a los pobres les va a costar más caro el teléfono y a los ricos más barato" y ello porque el proceso de liberalización dará entrada a la competencia en servicios más rentables -internacional o transmisión de datos, que son los más utilizados por las empresas- y habrá "guerra de precios". "Lo que se va a liberalizar es lo que deja dinero y no lo que tiene pérdidas", añadió.

De momento, aunque este proceso es aún incipiente, la compañía ha solicitado una subida media de tarifas del 6,5% para este año, donde las internacionales bajarán en torno a un 30%, las urbanas subirán una media del 11% y las interurbanas se mantendrán. Fuentes de la compañía indican que en las llamadas urbanas no se puede hablar de una subida concreta ya que se considerarán como tales las que se hagan entre las grandes ciudades y poblaciones cercanas.

Esta propuesta choca con el criterio del Ministerio de Economía y Hacienda, ya que mientras las llamadas interiores sí ponderan en el índice de precios al consumo (IPC), las internacionales no se tienen en cuenta. Telefónica establece, además, su petición de subida de tarifas, que entrará en vigor después de Semana Santa, sobre la base de la inflación pasada y no de la prevista. La subida está pendiente de la decisión que adopte el Consejo de Ministros.

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