Trasladadas a Carabanchel las 400 reclusas de Yeserías
Las 400 internas del centro penitenciario de Yeserías fueron trasladadas a lo largo de la mañana de ayer -en cinco furgones celulares de la policía- hasta las nuevas dependencias carcelarias que se les ha habilitado en el antiguo reformatorio de la cárcel de Carabanchel.El traslado de las aproximadamente 400 internas de Yeserías, entre las que se encuentran presas pertenecientes a las bandas terroristas ETA y GRAPO, se desarrolló sin incidencias a partir de las ocho de la mañana, explicó la directora del centro, Ana Hidalgo.
Las celdas del antiguo reformatorio de Caranbanchel han sido adecentadas y reestructuradas, lo que permitirá a sus nuevas inquilinas vivir en cuartos individuales y disfrutar de mayor higiene.
Las instalaciones de Carabanchel también disponen de más espacios abiertos al exterior que las de Yeserías, agregó Hidalgo. La nueva cárcel femenina de Madrid cuenta con equipamientos deportivos y laborales. Las vetusta prisión de Yeserías se había quedado pequeña para albergar a las 400 internas de media que hasta ayer alojaba, ya que fue concebida en su oirigen para no más de 200 presas. La nueva prisión reúne, además, mayores garantías de seguridad.
Ana Hidalgo deslindó el nuevo centro que sustituye a Yeserías del que desde septiembre pasado funciona también en el complejo penitenciario de Carabanchel y que alberga exlusivamente a reclusas con hijos.
Este centro aloja a 40 internas, cuyos hijos, menores de seis años, viven habitualmente con ellas, aunque salen al exterior para ir a la escuela, acompañados de María Matos, ayudante del capellán de Yeserías.
La directora del centro penitenciario de mujeres trasladado a Carabanchel afirma que el gasto anual medio originado por una interna, que incluye su manutención completa y el sueldo de los funcionarios, se eleva a unos dos millones de pesetas.
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La cárcel de Yeserías se transformar en un centro de régimen abierto
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La prisión femenina de Yeserías, que entró en funcionamiento hace 20 años, va a ser rehabilitada y albergará en el futuro a unos 100 reclusos catalogados como de tercer grado o régimen abierto, según informó un portavoz de Instituciones Penitenciarias.
Estos internos se caracterizan por haber cumplido gran parte de la condena y disponen de permiso para trabajar durante el día en el exterior. No obstante, tienen que acudir al centro penitenciario para pernoctar.
La estructura de los módulos de la nueva prisión femenina de Carabanchel, capacitados para albergar hasta 600 internas, permitirá a las reclusas llevar una vida más íntima, salvo cuando se trate de actividades comunes.
Cada módulo ha sido diseñado para albergar a 60 internas y dispone, además de las celdas individuales, de una sala de televisión, dos talleres, un patio y otra sala para jugar a pimpón, entre otras actividades recreativas. En la antigua prisión, estructurada en barracones con 60 camas cada uno, las presas tenían que soportar condiciones infrahumanas, pues sólo disponía de un exiguo patio y carecía de instalaciones deportivas adecuadas en su recinto.
La directora del complejo penitenciario de Yeserías, Ana Hidalgo, asegura que la gran mayoría de las internas cumplen condena por delitos contra la salud pública, ya que muchas de ellas son heroinómanas.
Al final, sólo un 40% de ellas logra reinsertarse completamente en la sociedad; el resto suele reincidir en actividades delictivas al no encontrar un puesto de trabajo tras abandonar el penal.
Para facilitar la reinserción social de las internas -la mayoría de las cuales reingresa en prisión tras salir en libertad por primera vez-, Instituciones Penitenciarias tiene habilitados en Madrid nueve pisos destinados a aquellas ex reclusas que no tienen un lugar donde ir una vez cumplida su pena. Ésta ha sido una de las principales reivindicaciones mantenidas por el capellán del centro, Jaime Garralda.
Experiencia piloto
Por otra parte, la cárcel de Alcalá 2 se va a sumar, a partir del próximo mes de abril, a la experiencia piloto, ya materializada en la penitenciaría Sevilla 2, para promover la convivencia entre reclusos de ambos sexos. Alcalá 2 acogerá, a partir de abril, a reclusas que compartirán con los hombres internados actividades comunes, aunque vivirán separados, en módulos distintos.
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