Los olvidados
Como lectora de EL PAÍS que soy desde hace mucho tiempo, me dirijo a usted con la convicción de que mi queja sea publicada en Cartas al Director. Soy viuda de un teniente de Infantería que luchó en toda la contien-Pasa a la página siguiente
Los olvidados
Viene de la página anteriorda 1936-1939. En 1985 recibo una paga de 24.000 pesetas por mes; 25.000, tres años más tarde (1.000 pesetas de aumento).
Hoy, en 1991, recibo 12.000 pesetas por el retraso del año 1990. ¡Qué vergüenza para el Gobierno, para Hacienda o para clases pasivas! ¿Cuántos miles de millones se han gastado en esa guerra que no nos concierne? Ni nos va beneficiar en nada a los españoles, mientras que muchas viudas de aquellos que defendieron a un Gobierno elegido por los españoles -por tanto, legítimo- estamos esperando que nos paguen la deuda que nos deben desde que salió la ley, en enero 1988, para todos los oficiales de la guerra 36-39. ¡Desde entonces estamos esperando!
Como digo, mi indignación es tan grande que sólo supongo que están esperando nuestra muerte para no tener que pagar lo que nos deben de derecho. Se confirma que somos o nos consideran como los olvidados.- Benicasim, Castellón de la Plana.
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