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Un lujo carísimo

La guerra del Golfo, primer gran suceso en el que han competido ocho cadenas españolas

Durante los días de tensión antioccidental en las calles de Ammán, un camarógrafo español fue objeto de un incidente que alcanzó cierta repercusión entre la comunidad periodística. Un enviado de la agencia Reuter buscó a la víctima en el hotel Intercontinental para recoger sus comentarios sobre el suceso, pero no pudo encontrarlo porque cada vez que preguntaba por la oficina de la televisión española lo mandaban a una habitación distinta. "¿Pero cuántas televisiones españolas hay aquí?", terminó inquiriendo aburrido, a la recepción del hotel.

La guerra del Golfo ha sido el primer gran acontecimiento internacional en cuya cobertura han competido la totalidad de la televisiones que hoy se ofrecen al espectador español. Nadie escatimó medios para colocar sus micrófonos entre las grandes cadenas del mundo en la lucha por la primicia y en la búsqueda de una imagen propia de una crisis de gran impacto nacional.El fenómeno llegó a alcanzar proporción que España, cuya involucración militar en el conflicto ha sido notablemente nerior que el otras naciones del iundo, fue en muchas fases el país que contaba con mayor número de televisiones en la región. En Jordania, por ejemplo, llegaron a reunirse en algurios momentos ocho canales distintos de televisión, seis de ellos públicos.

Los medios extranjeros

En lo más álgido de la crisis, Italia tenía en la capital jordana tres canales, el Reino Unido, dos, Francia, cuatro, Estados Unidos, cuatro, Alemania, dos. España estaba representada entonces por equipos diferentes de TVE, Telemadrid, Efé-Tv, Tv3, Canal 9 de Valencia, Canal Sur (con un redactor andaluz y otro -allego para transinitir una versión en ese idioma la televisión de Galicia), Canal + y Antena 3. De TNIE, además, coincidieron algunos días en Jordania tres equipos distintos, con un número de personas similar al de la cadena CNN, que emitía 24 horas de noticias sobre la guerra.Las cadenas más podero.;as del inundo, las norteamericanas CBS, ABC y, NBC, han reconocido que la guerra les ha supuesto una sangría económica, y es un hecho que tuvieron que recortar gastos de otras necesidades para concentrarlos en el Golfo.

Lejos de los medios exhibidos por esas grandes siglas, las cadenas españolas no han ahorrado, sin embargo, en el altisimo gasto del satélite para la transmisión de crónicas diarias, aunque, a veces, la información tuviera que ser complementada con las imágenes de las televisiones norteamericanas, mucho más próximas, por razones obvias, al grueso de la noticia.

EFE-TV desplazó a Jordania incluso una antena parabólica manejada por dos técnicos guatemaltecos para una tran,smisión privada e instantánea, aunque la propia TVE se negaba a transmitir desde esas instalaciones por considerar que no reunían las condiciones precisas para garantizar la calidad de la información.

Sin tropas en el área

Los enviados especiales se esforzaron por satisfacer la expectativa de sus medios, pero la limitación de un país que no tenía tropas en el área y la inexperiencia propia impidieron que la presencia de tantos canales significara algo más que un rostro in situ y un lujo carísimo.La competencia entre las cadenas españolas sorprendió a los colegas extranjeros y puso en evidencia, entre otras cosas, la veteranía y la mayor calidad de TVE, de sus medios y de sus profesionales. Comparar el trabajo de Márquez, un espléndido camarógrafo de TVE, con sus demás colegas españoles, resultaba en la mayoría de los casos un agravio para el propio Márquez. Sólo TV3 pudo, en realidad, seguir la rueda a la primera televisión pública española. Tanto TVE como TV-3 rentabilizaron en parte su inversión con el mérito profesional de estar, respectivamente, en Bagdad y Kuwait en los momentos de mayor interés. TVE contó, además, a su favor con el excelente trabajo de Angela Rodicio, que fue durante muchos días la única voz española de crédito en la capital iraqui. Angela Rodicio consiguió hacer olvidar los días en los que Pedro Piqueras trataba de contar la guerra desde la azotea de la Embajada de España en Ammán y oscureció el esfuerzo de otra estrella, Hilarlo Pino, de Telemadrid.

Otros, como el Canal Sur, orientaron su inversión en pagar el traslado hasta Sevilla de un desconocido profesor jordano para participar en un debate en directo.

La sopa de siglas de las televisiones españoles se hacía llamativa con sus rótulos en cada conferencia de prensa, pero a la hora de la verdad, a la hora de buscar información y entrevistas, todos los canales españoles eran spanish television, para irritación de los que hasta ahora eran la única spanish television.

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