El fin de la guerra reactiva los Mundiales de Sevilla

El final de la guerra del Golfo ha provocado un espectacular aumento de la presencia de atletas y periodistas en los Campeonatos del Mundo de pista cubierta, que se inician el viernes en Sevilla. El comité organizador se encuentra ahora con graves problemas para encontrar acomodo a los nuevos visitantes, apenas 15 días después de que los hoteles vieran cómo la mitad de sus reservas se cancelaban. La conclusión del conflicto no ha reducido las medidas de seguridad, que serán espectaculares. Algunos equipos contarán con su propia escolta nacional de protección.Equipos de televisión, como la NBC estadounidense, habían desestimado su presencia en Sevilla durante la campana bélica, pero tras su fin han decidido acudir con toda su parafernalia a la capital andaluza. Este caso se ha repetido en otras televisiones.

Sólo un equipo, Omán, ha retirado su inscripción entre las 90 delegaciones que habían anunciado su presencia. Al final se espera que el número de equipos ronde los 82, una cifra que supera ampliamente a las 59 delegaciones que participaron en los pasados Mundiales de Budapest. Más de 300 periodistas cubrirán la información de la primera gran cita del año.

Las medidas de seguridad serán intensivas: 800 policías -incluida una unidad de élite integrada por 250 agentes- vigilarán el escenario, los hoteles y la ruta de los atletas en la ciudad. La preocupación por la seguridad ha sido constante en las últimas semanas. El presidente de la Federación de Estados Unidos, Ollan Cassell, telefoneó recientemente al presidente de la Federación Española, José María Odriozola, para interesarse por las medidas adoptadas.

Últimos trabajos

Mientras tanto, los trabajos de acondicionamiento final discurren en medio de un tremendo esfuerzo. Los accesos al polideportivo de San Pablo presentaban ayer grandes cantidades de barro, después de un inhabitual día de lluvia en Sevilla. La sensación es que el nudo del campeonato -el recinto y las pistas- será magnífico; no así la mayoría de los detalles exteriores y los accesos, cuyas deficiencias tratan de paliarse con todas las prisas a última hora.