_
_
_
_

La principal acusada por la muerte de 42 ancianos en un hospital de Viena dice que "sólo quería ayudar"

En la segunda jornada del juicio contra las cuatro auxiliares sanitarias acusadas en Viena de 42 asesinatos, en el llamado pabellón de la muerte, Waltraud Wagner, la principal acusada, considerada como la jefa de las enfermeras asesinas, mantuvo una voz monótona y muy baja, y sólo en una ocasión estalló en lágrimas. Según las investigaciones judiciales y los testimonios del resto de las inculpadas, Wagner era la "más sádica". El fiscal del caso Lainz, Ernst Kloyber, culpa a Wagner de 31 asesinatos y aseguró que ella "gozaba de tener el poder sobre la vida y la muerte".Wagner, acorralada por el juez Peter Straub, repitió durante toda la sesión que "sólo quería ayudar". Straub concentró su interrogatorio en los motivos que la impulsaron a matar a los pacientes con sobredosis de tranquilizantes. ¿Cómo los elegía? ¿Qué entendía Wagner por ayuda a los enfermos? ¿Reflexionaba entonces sobre el bien y el mal?

Las inyecciones con sobredosis eran, según Wagner, "decisiones espontáneas" que ocurrían generalmente durante los turnos de noche. Sucedían cuando Wagner observaba a un enfermo "que se moría y gritaba y cuando ya no se les podía hablar". El juez le interrumpió: "¿Qué quiere decir que no se les podía hablar?". A lo que Wagner respondió: "Cuando sólo reaccionaban al dolor y se mantenían por días en ese estado". Wagner se echó a llorar en este momento del interrogatorio y añadió a preguntas del juez que los pacientes se tranquilizaban con las inyecciones "hasta que morían".

Waltraud Wagner dijo que se enteró en 1984 de que el Rohipnol podía ser mortal después de haber visto cómo un médico inyectó este medicamento a un paciente que se quejaba mucho y que a los pocos minutos tuvo un paro cardiaco. El personal auxiliar del pabellón V tenía pleno acceso a los medicamentos.

Wagner, que se enfrenta a cadena perpetua, dijo que había mantenido escaso contacto con el resto de las acusadas y que no hablaban del tema de las muertes. Sin embargo, reconoció que con Stefanija Mayer efectuó unas cinco veces el llamado lavado de boca.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_