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González Adrio quiso que Cruyff, amigo suyo, fuese operado en otra clínica

El traumatólogo Rafael González Adrio, amigo personal de Johan Cruyff y que perteneció a los servicios médicos del Barcelona, intentó cambiar al técnico holandés de clínica dos horas antes de la intervención quirúrgica para que le operase otro cirujano. Se creó una fuerte tensión entre el equipo médico que atendía a Cruyff y González Adrio, quien, finalmente, no se responsabilizó de lo que pudiera pasar durante el traslado, ya que la gravedad del paciente era evidente. Cruyff, que evoluciona favorablemente y ya ha abandonado la unidad de cuidados intensivos, aceptó libremente ser operado por el doctor Oriol Bonin.Las horas previas a la intervención de Cruyff estuvieron cargadas de tensión y polémica. La situación fue muy similar a la desencadenada a raíz de la lesión del jugador Ronald Koeman en el tendón de Aquiles y el protagonista volvió a ser González Adrio, que mantiene fuertes discrepancias con los servicios médicos azulgrana hasta el punto de que el Colegio de Médicos tiene abierto un expediente para esclarecer lo sucedido poco antes de que fuera operado el holandés.

Cruyff estaba sereno cuando los doctores Mario Petit y Oriol Bonin, una vez realizadas las pruebas, le explicaron la gravedad de su lesión y la necesidad de una intervención."Bien hay que tomar una decisión", dijo el técnico, según testigos presenciales; "¿quién me va a operar?, ¿qué me van a hacer?". Las respuestas le parecieron satisfactorias y, tras dialogar con su esposa, Danny, expuso: "Cuanto antes, mejor".

Todo paralizado

El quirófano estaba preparado y también la conferencia de prensa. Durante casi una hora todo quedó paralizado. Ese espacio fue acaparado por González Adrio, quien, erigiéndose en representante de la familia, se mostró reticente a que Oriol Bonin dirigiera la operación e incluso consideró que la clínica Sant Jordi no era la más adecuada.González Adrio, en presencia de Carles Bestit, jefe de los servicios médicos del Barcelona; de Antón Parera, gerente del club, y de un periodista amigo personal de Cruyff, planteó la necesidad del traslado del técnico a la clínica Quirón para que fuera operado por el doctor Murtra. Parera, como representante de la directiva, no se opuso, pero sí le exigió que se responsabilizase del traslado del enfermo ante la gravedad de su lesión. González Adrio dudó porque conocía las consecuencias fatales que podían originarse con el cambio de clínica -a Cruyff se le impidió incluso que se trasladara a pie desde la clínica Asepeyo, el día anterior, antes de ser ingresado- e intentó que fuera Murtra quien operara en Sant Jordi.

La dirección del centro se opuso por cuestiones de prestigo, éticas y deontológicas. Tras varias consultas, González Adrio rectificó. Parera pidió disculpas a los médicos y, dos horas más tarde, Cruyff entraba en el quirófono.

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