Trance de provisionalidad

Carlos Solchaga parece incapaz de pensar algo y no decirlo. (...) Sus declaraciones le pondrán algún día en un aprieto, pero es una suerte cuando hay casi una total ausencia de información sobre lo que ocurre en el estrecho círculo que Felipe González ha construido a su alrededor.Gracias a Solchaga, los españoles saben que el Gobierno está dividido en cuestiones políticas muy serias, que el debate libre en el seno del partido está prácticamente prohibido y, ahora, que la aversión de González a tomar decisiones está dañando la economía. (...) El trance de provisionalidad data desde octubre de 1989.(...) El debate sobre el estado de la nación ha sido retrasado más de un mes. No hay información sobre la creciente implicación de España en la guerra. Curiosamente, tampoco ha habido una explicación oficial sobre el breve anuncio, el 12 de enero, de la dimisión del vicepresidente Guerra. (...) Se suponía que en un hercúleo esfuerzo González prepararía su incompetitiva industria y se ganaría a los sindicatos y a la burocracia para el advenimiento del mercado único en 1992. No lo ha logrado, en parte por las continuas disputas en el Gobierno, especialmente en el ala guerrista. (...) Hace un año surgió el escándalo Juan Guerra. (...) Y González insistió en que se iría si el vicepresidente se marchaba. (...) Sin Guerra manipulando las reuniones del Gobierno, la vida puede ser más fácil para Solchaga, si es que no es también remodelado. (...)

26 de febrero