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La cadena ABC pagará una indemnización por suspender la emisión de 'Twin Peaks'

¿Quién ha matado a Laura Palmer?, se preguntan millones de espectadores norteamericanos, españoles o italianos que han seguido o siguen cada semana hipnotizados con Twin Peaks, con los inocentes y perversos secretos de la serie de David Lynch. La cadena ABC, que ha suspendido la emisión de la serie mágica en el capítulo 16º de los 22 programados, al caer su audiencia al puesto 850, pagará unos 82 millones de pesetas por cada episodio no emitido. Tele 5 reanuda el próximo día 28 su emisión con la reposición de un resumen de la primera parte.

"Es culpa de la audiencia", se justifican en la ABC, el canal de televisión que por primera vez, en abril del año pasado, emitió dicha serie, y ahora ha tomado la terrible decisión de sustituirla por la proyección de películas dramáticas. En un principio, 35 millones de estadounidenses seguían cada noche del sábado los movimientos de Dale Cooper, el agente del FBI que investiga la muerte de Laura Palmer. Ahora son sólo 19 millones los fieles a Twin Peaks.¿Por qué esta caída? En América saben ya quién mató a Laura Palmer, y, por tanto, la historia ha perdido todo interés. The Washington Post explica: "Se perdió toda emoción cuando se supo que fue el padre quien la mató, actuando bajo el influjo del mal y del melenudo Bob".

Sin embargo, no todos están de acuerdo. Desde Nueva York hasta Los Ángeles, desde Miami hasta Chicago, millones de apasionados telespectadores están de luto. "¿Qué haré ahora el sábado por la noche?', se lamenta Mlke T., un adolescente neoyorquino, con zapatillas Nike y chicle en la boca, que tiene su habitación empapelada con las fotos de sus héroes. David Lynch, director de Dune, Terciopelo azul y Corazón salvaje, que junto a Mark Frost ha ideado y producido la serie, pone buena cara al mal tiempo. "Todos saben que los seguidores de Twin Peaks son animales de fiestas, y el hecho de quedarse en casa el fin de semana suponía un gran sacrificio. Esto quiere decir que, a partir de ahora, deberán organizar los Twin Peaks party durante la semana", comenta el director aludiendo así a la promesa de la ABC de volver a emitir la serie pasado algún tiempo y durante los días laborables.

Al comienzo de la serie, lo parties, las reuniones ante el televisor, se convirtieron en cita obligada para yuppies de ciudad y adolescentes de provincia, generalmente acompanadas de pastel de cerezas, rosquillas y cerveza.

En el momento de su estreno, los expertos en medios de comunicación consideraron Twin Peaks como un milagro. El primer capítulo, emitido en domingo para poder captar mayor audiencia, había superado toda expectativa.

Pero después de tantos episodios, y sobre todo tras la revelación del misterio de Laura Palmer, el programa ha pasado al puesto 85º de las 89 series que se emiten en las cadenas de televisión norteamericanas. La ABC, que incluso esperaba ser más cauta a la hora de inte rrumpir las soap opera (culebrones) para no irritar a los telespectadores, ha tenido que, tomar una decisión. Y le costará caro: por cada episodio de una hora (que cuesta 1,1 millones de dólares), el canal norteamericano se ha comprometido a pagar 900.000 dólares (unos 82 millones de pesetas).

¿Qué harán ahora Lynch y Frost? En Estados Unidos hay quien predice que la ABC tendrá que dar marcha atrás y que los dos tendrán una vuelta triunfal. Es seguro que la Fox, un canal de televisión que está despuntando como el cuarto canal norteamericano más importante, después de la ABC, la CBS y la NBC, ya ha anunciado que está interesada en proyectar el final de la historia.

Otros fracasos

Todavía queda mucho que contar... Después del último episodio de Twin Peaks, los norteamericanos se han quedado con una larga lista de misterios sin resolver. Todo está en el aire, hasta los proyectos de Norma Jennings de casarse con el querido, Eddie ahora que su mujer, Nadine, quién sabe por qué, ha decidido enamorarse de un quinceañero.Pero Twin Peaks no está solo en los fracasos televisivos. La ABC ha comunicado que suspenderá también, la emisión de otra serie alternativa: Under cover, la historia de una pareja de espías vecinos ambientada entre Moscú y el Oriente Medio. Siempre es la m:tsma razón: pocos telespectadores. La noche del sábado, por otra parte, nunca ha sido un momento afortunado para las televisiones norteamericanas. Los estadounidenses prefieren ir a cenar a un restaurante, salir con los amigos, invitar a, la familia, renunciando, al menos por una noche, a la pequeña pantalla. Salvo que... no haya un misterio excepcional. Pero, por desgracia, el de Laura Palmer ya lo han descubierto.

Copyright La Repubblica / EL PAÍS

Traducción: Clara de Marco

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